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martes, 27 de octubre de 2009

LA VERDAD

Sor. Cecilia Codina Masachs O.P
Monasterio de Sta.Catalina de Siena
(Paterna) Valencia

Cuando hablamos del término «Verdad», debemos intentar analizarla desde la filosofía, desde la cual nacen las estructuras culturales para que las cosas difíciles de explicar se hagan más comprensibles y penetren hondamente en la verdad y en las conciencias de los hombres. Ello no significa que la filosofía haya sabido siempre interpretar las cuestiones de «la verdad», ya que desde antiguo e han presentado diversas tendencias que en más de una ocasión, en lugar de esclarecer la verdad, se la ha tildado de oscuridad.
Para la sociedad de a pie, la verdad se le ha presentado con crudeza, una vida de sencillo obrero, con salarios míseros, que se ven abocados a la miseria para engordar a los empresarios; y para no engañarnos, es de uso corriente en nuestra vida cotidiana, cuando afirmamos que es un pensamiento o un modo de enjuiciar una situación, es verdadero cuando su evidencia está conforme con la realidad que nos toca vivir. Es lo que también podemos llamar verdadero, a todas aquellas realidades humanas que son genuinas.
Pero la verdad posee connotaciones opuestas que son las mentiras. Desde siempre el encubrimiento de la verdad ha sido y es una práctica común. Cada uno de nosotros puede mentir muchas veces al día; se miente a cerca de nuestra edad, de nuestros ingresos económicos, de nuestros éxitos personales y usamos mentiras para evadirnos de situaciones comprometidas. Una razón frecuente es utilizar la mentira para excusar a «Las mentiras piadosas», se utilizan para proteger los sentimientos de los demás, ahorrándoles el dolor de escuchar la verdad de su situación. Y en realidad lo que hacemos es de protegernos a nosotros mismos para no sufrir con nuestros amigos los efectos de explicar esa verdad. Las mentiras piadosas parecen ser muy inocentes, pero en su motivación, se encierra el eterno egoísmo humano. Cuando Dios la ve (en el caso del hombre creyente), no son en ningún caso piadosas, sino todo lo contrario, son pecaminosas. En la práctica de usarlas asiduamente, a la larga favorecen mentiras mayores de forma inconsciente. Las mentiras de cualquier tipo, son una violación de la confianza de los demás y cuando son descubiertas, producen una gran decepción y amargura. Por eso debemos sanear nuestros pensamientos para no decepcionar a nuestros amigos.
Pero no deseamos concluir este tema sin referirnos a un fenómeno mediático de una cadena de TV .en la cual bajo el sugestivo titulo«El juego de tu vida», me contó una amiga los programas llamados «basura»y en este concurso se trataba de tras un interrogatorio de cientos de preguntas corroboradas por un polígrafo, el concursante ante sus familiares y amigos, responde preguntas cada vez con más valor económico según van subiendo las preguntas indiscretas, vulgares, hasta llegar a preguntas-respuestas cada vez más inmorales, morbosas ya que esas respuestas conllevan ganar más dinero y aumentan el clímax de los teleespectadores. Todo un juego en decir «la verdad»aún haciendo daño, para tan sólo ganar un puñado de Euros.
Tras esa información comprendí la necesidad que tenemos de dar testimonio de Dios, a tiempo y a destiempo y además volver a tener necesidad de tomar leche en lugar de manjar sólido (epístola Hb5, 12-14)
La verdad, debe de ser siempre sanadora, ya que de lo contrario destruye la capacidad del hombre de ser ecuánime, de lo que hay que decir y de lo que hay que callar. Por ello, existe una verdad distinta a todas; es aquella en que Cristo ilumina al hombre, mostrándole que Él es el camino, Verdad y Vida. Esa es la única Verdad.
                                                       

PUBLICADO EN LA REVISTA.-OBJETIVO Circúlo Católico San Roque.Valencia
y REVISTA CR, cultura religiosa .Valencia

2 comentarios:

  1. Hola Sor Cecilia
    Me a gustado mucho Lo del termino Verdad
    Creo que la verdad es algo necesario
    no cree?
    Bueno enfin me gusto mucho sus escrituras
    Espero que siga escribiendo
    Gracias

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  2. Ser sinceros y actuar siempre con la verdad, respetando la propia autenticidad, es una tarea diaria.
    Si bien a veces es dificil mantenernos en la verdad, si nos proponemos ser honestos con nosotros mismos y con los demás, con el tiempo el hábito se hará virtud, y La Verdad anidará en nuestras almas.
    Nada asegura que no caigamos en una mentira cada tanto, lo importante es trabajar cada dia por entronar La Verdad en el Altar de nuestra Alma.
    Si amamos a Jesús, sabiendo que es esencialmente Verdad, a ella nos debemos rendir, desechando la mentira.
    Dios la bendiga, hermana.

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