La alegría es grande estando enamorada,
el amor crece en el espíritu y contiene toda el alma
y este crecer con voluntad libre arraiga
recogidas así potencias y fortalezas adobadas.
El contenido del espíritu,
el continente del alma,
el contenido de la mente
y el contenido del cuerpo,
todos se someten juntos.
Es Dios quien las recoge,
son como ovejas mansas
que pacen juntas por el monte,
armoniosas, limpias y sanas.
Adobadas quedan las virtudes,
sometidas las tentaciones
y así cuerpo y mente hacen costumbres,
alabando a Dios en sus perfecciones.
Pero… ¿Quién doblega a las tentaciones?
es el alma que mira a Dios y le dice:
« ¡Padre abrázame y ataja mis limitaciones!»
y él viene amorosamente y la lleva en brazos,
cuan a un niño se abriga en la falda de su madre.
Ante tantísima misericordia
mi corazón parece que va a estallar,
más aún, en mí pecho hay más Dios del que había
y por ese amor, me dejo toda entera apresar.
Acontecen afecciones espirituales…
buenas son, si vienen serenadas,
y aunque nadie atiende a ver los males,
bien los conozco yo y solo con Dios puedo remediarlas.
Confieso muy feliz…estoy enamorada
y por mi Dios, voy deseosa desgastarme
en esa celda de amor apresada,
recogida y abandonada en brazos de mi amante.
Hago mías las palabras de Santa Teresa:
Vivo sin vivir en mí
Y de tal manera espero
que muero porque no muero.
Y así espero en la misericordia de Dios,
mi llegada a este Carmelo,
que vivo en el mundo muriendo
para ser digna de mi Dios y del Carmelo.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Tan bello y Profundo... hermosos sentimientos y hermosas palabras...
ResponderEliminarUn abrazo fraterno