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domingo, 15 de noviembre de 2009

RINCÓN DE LA MÍSTICA I «EL PANAL DE LA MIEL»





Llegando el divino amor a morar en el alma, y reconociéndolo que desde siempre en ella había morado, ésta despierta con la Miel en sus labios y entendiendo de donde procede, queda apresada de la Miel, y abandonada quiere permanecer sumergida allí escondida para beber y comer de la Miel.
Queda olvidada su voluntad, no atendiendo a otras razones que la puedan esclavizar y se libera de cuantas ataduras la sujetan a este mundo, para seguir saboreando el gozo que Dios le puso en su boca.
Mas llegando los amargos sabores, pronto sabe donde dejo la miel y abre de nuevo su boca como un pollito, reclamando alimento y abrigo.
¿Cómo volver a comer de esa Miel? Y entiende que siempre se quedará sin Miel sino permanece fiel al divino Huésped.

Es tan amargo entonces su paladar, que queda aterrada por su ofensa y llora desconsolada pero pide, suplica a Aquel que tanto la ama le de lo que pide, y vuelva de nuevo a gozar de los más exquisitos manjares, pues Dios no se hace esperar cuando el alma en humildad sabe esperar.
Queda así el alma tan admirada por tantísima misericordia que avanza firmemente para adentrarse más en sí misma, buscando el amado silencio, donde sólo habla el Huésped y éste habla en su hermoso Silencio y divina Soledad.

Así nace una inmensa amistad de amor que lleva al alma a permanecer enamorada y en ese amor sólo está por Él apasionada y entretenida para sólo conocerle a Él.
Transcurre el tiempo y el alma va siendo aprovechada en la medida que comiendo de esa dulce Miel, se va trasformando en su único sustento y crece para hacerse toda ella caramelo de Miel aprovechando sigue esa alma así de abandonada y por ese amor, transforma todo sacrificio en dulce sabor y no arraiga en su alma, más que comer y beber, todos los dolores, todos los martirios, aún todo fuera pura hiel y los come y bebe, hambrienta y sedienta para ofrecérselos a su amor que por amor, Dios vino a rescatarla, para sólo pertenecerle a Él .
Pero el alma reconoce la voluntad de su creador y se ofrece toda embebida en cumplir todo cuanto le pida de ella, que no ha de ser otra cosa que AMOR y es tanto el amor que padece que no sólo está ávida por padecer, sino que entendiendo que cada sufrimiento debe de ser transformado en Miel así va creciendo el caramelo de Miel, día a día para devolverle a su divino Huésped, el alto honor de poseerle.

Más el alma sabe que su Huésped le reserva aún más gozo y es vivir en EL PANAL,
Allí donde está el creador de la Miel, allí donde está la Realeza y la esencia de la divinidad, y entiende que ella un día podrá no ya comer de la Miel sino ser en la MIEL, MIEL .así se esmera en poner amor en sus obras y obras que por la fe alcancen esa esperanza de ir creciendo poco a poco para hacer crecer el caramelo de Miel hasta el cielo.

Más el alma, aún permaneciendo fiel, padece tormentos cuando de pronto....el lugar de Miel, en su boca sólo halla vacío y aún permaneciendo hambrienta, se contenta en agradecer todo cuanto le quiera dar o quitar, ahora ya no pide como cuando era como un pollito, ahora estando más vacía que nunca está más llena de MIEL, y aún teniendo esa Miel ella misma aún padeciendo hambre, se consume ella misma para hacer de si misma el caramelo de Miel.El amor embarga a esa alma y Dios queda complacido al ver que tanto cuanto Él le daba, era aprovechado y cuanto Él le quitaba, seguía muy afanosa aprovechando, hasta que llegue ese día glorioso de vivir en su« PANAL DE MIEL» donde está su Huésped, siendo el Padre el Hijo y el Espíritu Santo, todo cuanto anhela mientras viva en esta tierra. ¡OH mi adorada TRINIDAD!

3 comentarios:

  1. Enhorabuena, hermana, por este blog. Esta es una buena manera de dar testimonio y de ejercer el oficio de predicadora. Que su predicación sea siempre una predicación de la gracia, siguiendo las huellas de Domingo de Guzmán.

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  2. Hermoso y arrollador es vivir esta experiencia de la Dulzura del Amor.
    Y paso a paso vamos aprendiendo del Amor mientras lo gozamos.
    Cuando lo vivimos ya nada nos asusta, solo su pérdida.
    El dolor nos fortalece en El.
    No se puede entender la entrega desde el dolor, sino por el Amor.
    Esta maravilla del "Amor - Dolor - Gozo", en tanto comunión de los tres en el alma, es para mi, la espresión de la Divina Trinidad.
    Si estoy equivocando su meditación, le ruego me lo haga saber.
    Me hace feliz leer sus meditaciones.
    Dios la bendiga-

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