VIVIR EL TIEMPO

FOTOGRAFÍA BLOC CAT O DE CUVINTE

Se debería vivir el tiempo como esencia, como esa colonia que solo se echa un poquitín en los pulsos o detrás de las orejas, porque es un perfume de mucha calidad y precio.

Pero hoy también hablaremos de otra «esencia»vivir el tiempo en la presencia de Dios, es cuando se hace realidad que ya no se viven los días u horas, ni semanas y aún meses o años sin amor de verdad. Concibiendo así el tiempo, el amor se vive en una continua alabanza de eternidad, de vivir en él ambos uno delante del otro como iguales, porque lo único que iguala es el amor y la muerte,

¿Dónde queda nuestro día, dónde queda nuestro tiempo? Para el que ama, queda escondido como un obsequio a Aquel que amamos. El tiempo no cuenta en el alma enamorada, lo entrega todo, tanto sirve este principio para el amor humano como el amor divino. ¿A caso el tiempo tiene dueño, tiene forma, tiene cuerpo?

Sí, el tiempo nos fue dado, regalado para amar en ese tiempo, para servir a nuestros hermanos más necesitados, de ellos es el tiempo, de ellos es la forma en fraternidad y en el cuerpo del indigente. El tiempo no es algo abstracto, es lo más concreto que tenemos, pues lo vivimos cada día; otra cosa es la calidad de nuestra entrega de ese tiempo.

Pongamos amor a nuestro tiempo y usémonoslo para ayudar a los demás.
Pongamos una gotita de ese perfume en esencia en las cosas que hagamos cada día para que lo que hagamos tenga valor de eternidad.

Con ternura
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P