Queridos amigos:
Hoy deseaba hablarles de actos de amor en mi comunidad.
Hace unas semanas vi en el refectorio o comedor a dos de las hermanas más ancianas de nuestra comunidad que estaban limpiando y reponiendo los cubiertos. Una de las hermanas con 90 años solo puede mirar al suelo, su cabeza es como el de una muñeca que se le hubiesen roto los hilos que la sostienen derecha y así poco a poco mirando lo que sólo tiene un palmo a la vista va recogiendo las migas de pan.
La otra hermana tiene 88 años, (su cuerpo es un tronco –raíz todo retorcido), serenamente apoyada en las mesas va poniendo los cubiertos con mucho detalle. Decidí pasar al lavadero, (lugar donde trabajo), por el refectorio y me alegré de verlas a ambas ayudándose mutuamente en esa tarea de arreglar el comedor 3 veces al día.
Al pasar junto a ese cuerpo deformado, felicité a la hermana porque a pesar de los grandes dolores que tenía en todos sus huesos, estaba prestando su ayuda a otra hermana. Ella me contestó:
«Sor Cecilia, tengo mucho ánimo en hacer pequeñas ayudas porque usted me edifica y me da ejemplo para hacerlo. En usted veo como hay que dar la vida por las hermanas, por la comunidad, porque siendo usted muy joven ya no tiene salud y a pesar de ello sigue llevando la lavandería, la procuración y todo cuanto le mandan», ni que decir que me sentí muy confusa con su declaración y como ya es habitual en mí los colores subieron a mi cara en un instante.
Yo, claro, le quite tanta importancia a su admiración por mí, pero entonces ella se molestó y casi, casi me exigió que su opinión la tomara como Palabra de Dios. Así que me tocó hacer «Chitón-silencio»y continuar mí paso por el refectorio al lavadero.
Nuestras hermanas mayores, son una verdadera joya, si nos fijáramos más en lo que hacen para ponernos ayudar, estaríamos dándonos mas amor de caridad del que hoy por hoy nos damos, porque ellas son una fuente inagotable de evangelio viviente.
A ellas dedico este post, aunque no se enteren nunca de que he hablado de mis dos hermanas como dos almas que en silencio trabajan y aman.
Los actos de amor se producen en las familias más veces de las que nos podemos imaginar y no nos damos cuenta, cuando la madre de familia compra algo que sabe le va a dar una sorpresa a su esposo o bien cuando hace la comida preferida del hijo menor, o le regala a su hija un perfume, o cuando les lava la ropa y se las plancha, o cuando llegan de la calle tarde y no les pregunta inquisidoramente su tardanza y les muestra una sonrisa, o bien cuando les felicita por alguna cosa que hayan hecho bien.
Creo que siempre podremos encontrar motivos para hallar en los demás, bondad.
Les dejo mi ternura
Bona nit Sor Cecilia:
ResponderEliminarMi enhorabuena a estas dos monjitas y a ti por dedicarles este hermoso post.
Recibe un abrazo, Montserrat
Hola Sor Cecilia!
ResponderEliminarNo se por qué pero ha sido leer tu entrada y acordarme de mi abuelita, ella que a penas podía andar hacía un gran esfuerzo por estar ahí. Recuerdo cuando me operaron de apendicitis, vino a verme al hospital en el que falleció mi abuelo y al que ella no quería volver a pisar, sin embargo, lo hizo. Ese acto de amor, lo llevo dentro de mi corazón.
Hay que darles todo el cariño a las personas mayores porque son un ejemplo a seguir, por su entrega y trabajo a pesar de lo que les cuesta.
Gracias por compartirlo.
Buenas noches.
Un abrazo
Si nos fijasemos más en las pequeñas cosas de cada día no estariamos esperando esgoistamente grandes acciones y regalos de los demás.
ResponderEliminarLas madres sabemos mucho sobre eso y los padres también, de alguna forma la dirección de este cariño es unidireccional. De los mayores a los más jovenes, de los padres a los hijos...
Es maravilloso contar con personas que saben darse cuenta de esos pequeños detalles. Un fuerte abrazo.
No sé porqué, en general, el ser humano resalta lo negativo y no lo positivo. Cuantos actos de amor se producen y los damos por descontado, no nos damos cuenta. Que ejemplo son esas dos hermanas mayores. Un beso Cecilia.
ResponderEliminarTiene razon hermana son actos de amor que muchas veces hacemos sin darnos cuenta y sin esperar nada a cambio.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida amiga, gracias por tu ejemplo, gracias por tus compañeras, gracias porque por tus palabras podemos ver mejor.
ResponderEliminarTe envio muchos besos y un abrazo hasta el cielo, ida y vuelta.
Si Cecilia, en los pequeños actos cotidianos que muchas veces pasan inadvertidos es cuando el amor está presente con más fuerza. Yo recuerdo siempre el amor conque mi madre me decía "mirá, leé este artículo sobre alergia, a lo mejor te ayuda con lo que tenés"" o cuando era niña y en el campo no había calefacción como ahora y friccionaba mis piecitos dentro de la cama para que pudiese dormir calentita.Gracias por haber subido este post con la ternura que la caracteriza y sabe que? me gustaria sí, muuucho, que les diga a las hermanitas que las ha mencionado en su blog y cuando lo haga dígales que les mando un Beso enoooorme por solamente ser ASÍ,personas con tanto Amor... y no sigo porque ya estoy llorando.Un beso.
ResponderEliminarOjála existieran mas personas asi...dispuestas a ayudar sin esperar nada a cambio..eso si es amar al prójimo...un lindo post que me motiva a continuar ...un abrazo para ti y a las hermanitas que son puro amor..feliz tarde
ResponderEliminarBonita tu explicación. Me alegro por ellas y por tí.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Estoy totalmente de acuerdo, de ahí la importancia que debemos darle a los pequeños detalles.
ResponderEliminarQue ramillete de flores,jajaj besos
ResponderEliminarLa vida, la felicidad, creo, que está en esos actos de amor que la vida nos presenta día a día.
ResponderEliminarHe vivido en un convento casi tres años de mi vida (Noviciado) y tanto en un lado como en el otro...sin la renuncia por el otro no es posible y lo contrario es egoísmo . Hoy mi Pareja, mañana por mis hijos, la vida feliz tiene que ser puro AMOR.
Un biquiño de mi tierra
Valorar los grandes actos es cosa fácil y casi obligada, pero valorar las pequeñas gotas de agua que van cayendo dentro de un vaso es casi tan importante o más que lo primero.
ResponderEliminarFeliz semana Sor Cecilia.
Cuantos más años tienen las personas más se parecen a los niños,y hay una vuelta a la inocencia y a la fragilidad de sus cuerpos ,es como volver a hacerse niños para regresar un día a la casa del padre de donde salieron como espíritus encarnados y contar sus experiencias de la vida a sus hermanos ángeles y al Padre y a la Madre. Un abrazo hermana y salud para todos.
ResponderEliminartiene ud razón, hay actos que parecen simples sin embargo por el esfuerzo y el amor con el que se realizan son muy valiosos, y a veces no lo sabemos apreciar,
ResponderEliminarud, si ha sabido,
un fuerte abrazo hermana,
Que felicidad tienen esas hermanas de aún sentirse importantes,si eso para ellas y para los demás es un verdadero regalo de dios.
ResponderEliminarBuenas noches hermana Sor
Hermana, hoy me decido, ya que habla de su comunidad, de hablarle de su convento. Puede que lo que le voy a contar ya lo sepa; sino, es posible que las hermanas más mayores, quizás las dos de las que habla en su artículo, se lo puedan confirmar y ampliar detalles. Hace unos días vi una fotografía de su convento a las afueras de Valencia, en la carretera de Ademúz, detrás de los gigantescos centros comerciales de Kinepolis y Heron city y próximo al degradado barrio de la Coma, pero antes de su ubicación actual, su convento estaba en pleno centro de Valencia, justo en el solar en el que hoy se encuentra El Corte Inglés de Pintor Sorolla. No sé si lo conoce, porque no sé si su obediencia les permite hacer alguna salida, pero yo le cuento: A principios de los años setenta, esos grandes almacenes, compraron toda la manzana, excepto una esquina cuyos propietarios, al parecer no quisieron vender, o al menos eso se dice, para construir el primero de sus grandes almacenes en Valencia. Creo que se inauguró en 1.971. El caso es que se derribó el convento, que daba a la calle de Monjas de Santa Catalina, que aún se llama así la calle, aunque ahora es bastante más ancha de lo que fue cuando existía el convento; y se desmontó la iglesia, piedra a piedra, que fue trasladada y reconstruida en el barrio de Orriols, muy cerquita del actual campo del Levante U.D. de fútbol. Ahora creo que es parroquia del Sagrado Corazón de María. Una bonita iglesia de estilo gótico, que está en perfecto estado de conservación. Y bien, esta es la pequeña historia que quería contarle, por si la desconocía. Espero que le haya gustado saberlo. Un saludo cordial.
ResponderEliminarHola sor Cecilia.
ResponderEliminarDeseo mucha salud para sus dos monjitas de su convento. Tambien deseo muchos años que usted disfrute de su compañia, y de la gran experiencia otorgada en sus largas vidas.
Muchas gracias por contarnos esas historias entrañables que alegran el corazon de quien las lee.
Un abrazo.
Con cariño.
Ricard
Buenas noches, Sor Cecilia. Un abrazo para usted y otro para sus hermanas de comunidad.
ResponderEliminarSor Cecilia no me cabe duda de que todas las hermanas que habitáis en el convento sois personas que derrocháis amor hacia todos.
ResponderEliminarPero con esa edad tan avanzada, estar ayudando a sus hermanas, aunque sea con pequeñas cosas, dice mucho de la bondad de sus corazones.
Que la ponga a Ud. como ejemplo, no me sorprende nada, porque lo es para ellas y para todos los que la vamos conociendo.
Le dejo un respetuoso abrazo Sor Cecilia.
Si sor Cecilia, creo fervientemente que sin hurgar demasiado, siempre encontraremos mas cosas buenas que malas en los seres que nos rodean, es solo cuestiòn de abrir un poco los ojos, pero sobre todo la mente y el corazòn...
ResponderEliminarabrazos
buenas noches Cecilia,
ResponderEliminarCecilia a secas porque tú así lo quisiste. Todo acto de amor es un acto recibido por Dios. Mi abuela que murió a los 93 años, cuando miraba que alguna de sus hijas se quejaba por la cocina le decía: Ofreceselo a Dios. O bien, hacelo con amor. Cada acto que ella realizaba lo realizaba ofreciéndolo a Dios con mucho amor. Pero llegó a la edad que llegó con una bella sonrisa en su rostro. Estas hermanas, de seguro se lo ofrecen a Dios y lo hacen con amor.
Te dejo un fuerte abrazo y un gran beso, espero que pronto te encuentres gozando de buena salud.
besos.
Aída
Que precioso tetimonio dan las personas muy mayores. Aunque su cuerpo no responda siguen muy llenas de vida, la vida de Dios.
ResponderEliminarGracias Sor Ceci.
Es importante la unificación en todo y para todo.
ResponderEliminarA cada uno nos ha tocado un trabajo en particular en esa vida para levantar el edificio de Dios.
Gracias...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermosa reflexión sobre la vida de la hermandad y comparación de esa gran familia con la mas pequeña familia de todos nosotros, en la que ciertamente todos los días hay actos de amor entre todos sus miembros. Yo tengo que agradecer a mi querida esposa las continuas muestras de amor para nuestros hijos y para mi. Algo que nunca agradezco como debía.
ResponderEliminarIn abrazo.
mi oración desde mi cama ...luego me levanto mejor
ResponderEliminarun abrazo
Marina
El amor se traduce en los actos...por ellos nos conocerán, si se ama no se puede dañar, es entrega como la de estas hermanas que a pesar de sus años siguen entregando lo que son , VCada uno de nosotros elegimos un camino y desde el llegar a Dios por medio de los hermanos, la familia sea de sangre, sea de comunidad es donde mejor hacemos la entrega, darse a si mismo es un ejemplo de amor ddel que se es o no referente para los demás según lo hayamos hecho (siempre desde El)
ResponderEliminarllegar y leer estas entradas me gusta, creo que siempre a yudan, te felicito Sor Cecilia
mi cariño siempre
y mis oraciónes
Carmen (Stella)
Gracias por darnos la oportunidad de ver en nuestra familia, esos gestos de amor de los que habla.
ResponderEliminarEs verdad, es en los pequeños gestos, en los que casi se nos pasan desapercibidos, donde está la mayor muestra de amor.
Esa entrega silenciosa es amor del mas puro. Como la protección y ayuda permanente que nos brinda nuestro Ángel de la Guarda, al que tenemos al lado todo el tiempo y muchas veces olvidamos agradecer.
Que tenga una hermosa mañana, amiga.
que testimonio tan bello y lleno de ternura,has conseguido emocionarme...aunque por avatares de la vida mi fe está estinguida. una mi mis mejores amigas es trapense y simpre he defendido la vida contemplativa, creo que es la máxima expresión de la entrega al Creador,entre los creyentes. Gracias por compartir vivencias
ResponderEliminartan llenas de ternura. Un abrazo Begoña
Gracias Sor Cecilia por hacernos ver estos ejemplos de amor. El amor lo da todo... ¡Un gran beso!
ResponderEliminarmuchas gracias amiga por enseñarnos con este acto de amor a reconocer esas pequeñas cosas que no son mas que grandes cosas y lo que te ha dicho una de esas hermanas es la verdad,porque mas alla de tu salud siempre encuentras tiempo hasta para nosotros que siempre te visitamos y te contamos nuestras cosas,gracias por sacar tiempo ya no se de donde por compartir cada dia estos actos llenos de principios.
ResponderEliminarte dejo un fuerte abrazo y que dios te bendiga siempre!!!
Gracias Sor Cecilia por hacernos ver estos actos de amor.
ResponderEliminarEl amor lo es todo. Saludos a su Comunidad y besotes.
Hola Cecilia, estos días he estado muy ocupada, pero he leido todas las entradas y realmente siempre nos ofreces cosas interesantes, reflexivas, emotivas y buenas para meditar en lo que la vida es, y vale, ya rezo todos los días, por Monterrey y otros lugares donde está pasando algo parecido.
ResponderEliminarLos humanos somos muy crueles.
Un abrazo.
Ambar.
Hola : no he tenido tiempo de leer su hermoso post, no me da tiempo para mas, Pero vengo a proponerle algo. Lea mi post de hoy Jueves, y si quiere participo. Se que las monjas de clausura rezan mucho ya, por todos y todo. Pero si quiere poner su granito de arena, o una idea u oracion, a este post, se agradece.
ResponderEliminarSe hara una gran quedada para domingo 27/2, y otro final, pra el dia 22/4, dia del planeta tierra.
Si no participa es igual, ya sabemos que lo hace usted a su manera. Gracias. Un abrazo
Compañerismo, colaboración y admiración por el sacrificio de los demás. Esa Comunidad, está llena de grandes valores por los que el hombre debería luchar y reflexionar más a menudo.
ResponderEliminarGran post y como siempre una gran lección.
Un fuerte abrazo
Hoy es diferente no te voy a dejar un regalo, pero sí un saludo de fin de semana.
ResponderEliminarPorque tengo la dulce impresión de que estamos más unid@s, cuando entro en tu bitácora a visitarte dejándome envolver por los lazos de los sentimientos.
Mirando al cielo me quede
y una estrella fugaz encontré
ella quería decirme
lo que logré entender...
Los amigos no siempre se ven,
son ángeles que dan lo que tienen
aún recibiendo el desdén
como respuesta a su quehacer.
María del Carmen
Esos pequeños actos de amor, que ni siquiera parecemos darnos cuenta, son los que con los años perfectamente recordamos, pues nuestra memoria los captó generosamente para poder admirarlos. Me ha dado mucho sentimiento tu entrada de hoy, recordé muchos de los que rodearon mi vida y que egoístas somos en el momento de tomarlos sin apenas apreciarlos, siempre corriendo, queriendo absorber la vida y no sintiéndola como realmente es. Pequeños gestos que tanto nos dieron. Me agrada saber que se valoran a diario entre todas vosotras, eso hace más fuertes los lazos de unión.
ResponderEliminarUn gran abrazo y besos mimosos.
Hola Sor Cecilia
ResponderEliminarGracias por compartir testimonio de actos de amor tan bellos y tiernos.
Te felicito Sor Cecilia.
Un fuerte abrazo desde Lisboa
Mí querida sor Cecilia.
ResponderEliminarCuanto me ha hecho bien leer sus palabras y saber como es la vida de mutua ayuda en su conmunidad.
Las grandes alegrias nos llegan muchas veces en forma de pequeñas cosas.
Gracias por tanta paz espiritual que hace llegar hasta mí, querida hermana.
Reciba un grande abrazo y besos con mí cariño.
Janita
Me ha gustado mucho su entrada sor Cecilia, las personas tan mayores nos llenan el alma, y más cuando siguen trabajando y ayudando a los demás.
ResponderEliminarEn mi colegio había una monja, que se levantaba al amanecer para hacer las tostadas, la recuerdo mucho cariño, pues nos dejó un gran ejemplo.
Un abrazo desde mi Librillo.
Gracias por hacernos ver que esas cosas que parecen simples son actos de amor.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo, Sor Cecilia.
Buenas noches Sor Cecilia.
ResponderEliminarSiento llegar tarde, pero no sé el motivo por el que me cuesta tanto entrar en su bitácora.
Comentando su bella entrada de hoy, decirle que para Dios, las cosas más grandes, son las que realizamos con mucha sencillez y casi desapercibidas.
Me imagino ver a esa anciana monjita retorcida por el dolor haciendo con amor su pequeño trabajo, al igual que su compañera.
Pero sin salirnos de este ejemplar y bello contexto, la respuesta con que la obsequió
a usted, es puro evangelio.
Permítame que le comente por otro lado que acabo de oir en las noticias del canal 24h. de Televisión Española, que una compañera suya, dominica, y que lleva 30 años de monja, ha sido expulsada de su convento de Toledo por acusaciones relacionadas con el uso de internet. También comentaron, que en su día fue premiada por usar este medio para proclamar la buena nueva.
No sé Sor Cecilia. Rápidamente, he pensado en usted y en la maldad de alguien que pudiéndose llamar cristiano, pueda estar detrás de todo esto.
Sectores radicales, los hay dentro de nuestra iglesia, y que en lugar de caminar hacia delante, lo hacen hacia atrás, sin importarles a quienes dañen.
Disculpe si le comento este suceso.
Mi estima y admiración hacia su persona.
Su valentía y el coraje que posee para proclamar a Cristo sin remilgos, hacen que le comente lo anteriormente citado.
Con mi respeto y mi profunda hermandad en Cristo, le envio un fuerte y respetuoso abrazo.
Armando.
¡¡Maravillosos testimonios ¡¡
ResponderEliminarTe dejo mi cariño.
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♥♥♥ M @ r Y ♥♥♥
Me permito la licencia de dejarte unas letras, a tu escrito y de tú a tú, con mi admiración personal, por la labor tan encomiable que realizas, detras de los muros fríos de tu convento, en tu vida por amor a Dios y a los demás.
ResponderEliminarHe leído con interés la delicadeza de tus renglones, en tu vocación tan admirable y entregada.
Personas como tú, debieran proclamar más, por este medio, escritos tan tiernos y reales.
Debieran pregonar a los cuatro vientos su ejemplo de vida y sacrificio y hacernos meditar y cambiar, por nuestro prójimo.
Nos hacéis mucha falta, en este valle de lágrimas que es la vida.
Me ha conmovido, convencido y te aplaudo con mi alma.
Dios te bendiga.
¡Hola Sor Cecilia!
ResponderEliminarMe agrada ver que valoras el esfuerzo de las hermanas mayores, aunque les dé trabajo ellas hacen su tarea.
Que Dios os alivie los dolores a todas.
Saludos
Hola,
ResponderEliminarEl lagado de tu mamá al pueblo es muy bonito. Seguro que está feliz en el Cielo sabiendo que sus paisanos están atendidos en su propia tierra.
A los 94 años mi madre sigue activa, siempre ayudando... Hace unos días vino una sobrina a estudiar a casa. Se había quedado sin internet en la suya. Le dijo a mi madre: Gracias por facilitarnos a todos las cosas, por estar siempre ahí ayudándonos, protegiéndonos, alentándonos... Desde hacer la comida, tender la ropa, jugar a las cartas o a las construcciones con sus nietos...
ResponderEliminarSí. Con los mayores aprendemos mucho. Su sonrisa, su paciencia, su amor... Como tu madre, su oración.
Gracias por tus hermanas.
Espero que ya estés estupendamente...
Muchos besos