VIVIR EN LA VEJEZ.-HOY LES HABLO DE MI MADRE

IMAGEN DE INTERNET

Hola mis estimados amigos:

Ayer celebramos el día del Amor y Amistad y me acordé de mi santa madre:

Ella desde que yo contaba 13 años tenía un gran sueño: Edificar una Residencia para la tercera edad en el barrio, con la característica de acoger a todos loa ancianos del barrio de forma y manera que no se sintieran fuera de su ambiente de calles, fachadas, vecinos, tiendas y al convivir juntos y conocerse de toda la vida, mientras la mente estuviese clara, facilitaba una nueva manera de vivir con lo que siempre habían tenido, pero fuera de sus casas.

Esta idea la fue madurando y primero empezó por la creación de un Centro de Día, en unos almacenes que alquiló y aún siendo muy escasos sus recursos pudo contratar una enfermera y 2 cuidadoras para 25 ancianos y poco a poco llegó realizar su sueño

Entre tanto si yo iba a la casa de mi madre a comer, pues yo vivía a unos 50 Km., resultaba que no tenía sitio para sentarme, todo el comedor estaba ocupado por ancianos que no cabían en el Centro de Día y cada uno con una marca diferente de pañales y de comidas.

Ella, los atendía amorosamente, su lema siempre fue cuando la llamaban a horas impetuosas… ¡Qué necesitas! Y todo el mundo le contaba su necesidad y claro…mamá se daba a todos, nunca lo oí quejarse de no tener tiempo para sí, a diferencia de su hija Sor. Cecilia, que sí que se queja jajaj!

Mamá muy de mañana los iba a buscar a sus casas y al anochecer los devolvía para que de esta manera los hijos pudiesen ir a trabajar.
Verla por la calle tirando de una silla de ruedas o acompañando de bracito a un anciano, era una estampa muy normal en el barrio.

Antes de mi profesión Solemne, mi Madre Priora de entonces me llevó a ver a mis vecinos a la Residencia de mamá, muchos ya no se acordaban de mi o bien tenían el Alzhéimer y deambulaban por la salita o el comedor, tuve alegría y pena, me acordaba de cuando eran jóvenes, de sus familias, de sus huertos de tantas y tantas cosas. Pero la realidad superó mi recuerdo, me marché de allí contenta de haber visto la obra de mi madre que ya esta hace 11 años en el cielo.

Y lo más bonito, el día de mi profesión todos los vecinos que pudieron subir a un autocar, con muletas, sillas, andadores o a cuestas de los enfermeros, asistieron a mi desposorio con Cristo.
Creo que mi madre desde el cielo debería gozar de una fiesta tan singular, donde el protagonista no era ni yo ni los vecinos ancianos de mi barrio, ni los enfermeros; el protagonista fue el AMOR.

Cuando el amor se trasforma en servicio, adquiere la dimensión de la caridad perfecta, a semejanza de la Virgen María, cuando estando embarazada, salió a ayudar a su prima Isabel, de edad avanzada, no mirándose así misma sino a la necesidad del otro.

Les dejo con mi ternura.

                                                           




MAÑANA TENGO UNA PRUEBA CLÍNICA, NO SE SI PODRÉ POSTEAR