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viernes, 29 de enero de 2010

DIOS Y LA LÁMPARA DE ALADINO




Penetrando el amor en Dios,
este no queda en obra acabado,
aún no han llegado los fríos
que alma medio desnuda, está temblando.

Le sucumben los miedos y la hunden las dudas
y no halla calentura, ni en las brasas ni el la llama,
pues son tantísimas sus amarguras,
que sino se remedia, se siente muy desamparada.

A Dios acude con sus miras en conveniencia
y no se acuerda más que en pedir a su antojo,
con quejas desafiantes y enalteciendo su desgracia
dejando en poco, los sufrimientos del prójimo.

¡Hombre! ¿Dónde se quedaron tus virtudes humanas?
no las entendió ni practicó tu mente y ahora… ¿.lloras por cosas tan vanas?
¿más quieres conmover el corazón de Dios urgentemente?

Dios no se ha vuelto sordo, ¿verdad?
no ves que escuche tus lamentaciones.
¡Pero hombre! Dios no escucha con exigencias ni por temeridad.
Sabes…no está sordo ¡no! simplemente te da lecciones.
Dios no es la lámpara de Aladino,
así que… por pedir que solucione los problemas,
no lo va a hacer porque ve que él solo da lo convenido que es simplemente darte fortaleza para asumir tu libertad.
y ver que todo cuanto nos quita de contento
simplemente son remedios.


Y en entender que su quitar,
Dios nos enseña cómo saber andar,
así mismo cuando nos quiere dar
entendamos que es su voluntad.


En lugar de quejas ¡Pon alabanza!
haz tu petición humilde con amor,
en los miedos y dudas, pon fe y esperanza,
y así el Esposo te escuchará, él que es tu Señor.


Sor.Cecilia Codina Masachs O.P

1 comentario:

  1. Es maravillosa su reflexión.
    Muy cierta y compartida.
    Me ayuda a examinar mis propias plegarias.
    Hay que pensar menos en uno y más en los demás.
    Dar gracias por todo lo bueno y lo doloroso.
    Y como bien lo recuerda,
    Dios no es nuestro Genio, sino nuestro Padre.
    Desde el Sur, con cariño.

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