viernes, 5 de febrero de 2010
EL DESEO DE UN NIÑO CALLEJERO
Hace muchos años, quizás unos 25 o más en el programa de la primera cadena de TVE, «Informe Semanal», emitió un especial sobre los niños de la calle en Brasil. Eran y siguen siendo perseguidos para de alguna manera exterminarlos por…, omitímos «Por quién o quienes» por razones obvias, que todos ustedes conocen ya.
Esos niños callejeros Vivian en extrema pobreza, sin padres ya que fueron abandonados muchos ya al nacer y otros escaparon de su humilde casa por ser más prisiones que hogares, con familias totalmente desestructuradas, donde la prostitución era el plato del día.
Los niños huyendo de sus perseguidores se refugiaban en las alcantarillas de la ciudad, conviviendo con la suciedad y las ratas, cuyo espacio se veían obligadas a compartir y al mismo tiempo huyendo unos de otros como es natural.
Uno de esos niños se hallaba mirando la TV desde la calle pues era un establecimiento de electrodomésticos, donde tenían expuestos distintos monitores de TV, y en uno de ellos se veía a una madre africana con su bebé extremadamente desnutrido en sus brazos.
El niño de unos 10 años, miraba con intensidad aquella madre con su bebé en brazos y en esto, se acercó un reportero y le dijo: ¿Te da mucha pena ver como pasan hambre?, el niño le miró sorprendido, con cierto desconcierto por semejante pregunta, yo supongo que el reportero se quedó tan sorprendido como los teleespectadores primero por la mirada del niño desencajada que ya mostraba cuando veía la escena tan desgarradora de esa madre intentando dar el pecho a un esqueleto y segundo porque todos dábamos por supuesto que no existía en el mundo nada tan triste y vivir una situación tan extrema como esa.
Pero lo que son las cosas, cómo es la vida de sorprendente que a pesar de ya tener canas podemos seguir aprendiendo de los más pequeños.
El niño tras una pausa le dijo al reportero: «Sí Señor que es triste ver esas cosas, pero verá…ese niño es más afortunado que yo». El reportero quedó confuso con esa afirmación y pensó lo que todos creo que pensamos… ¿Qué puede haber más desgarrador que esa escena?
El niño con toda serenidad continúo hablando ya con voz más firme y tomando el micrófono en su mano con fuerza le dijo:« Por lo menos , a ese niño lo quiere su madre, lo estrecha contra sus pechos secos, a mí no me quiere nadie, me abandonaron nada mas nacer y no sé que es una caricia». El reportero se quedó unos instantes sin palabras y concluyó su reportaje abrazando al pequeño.
Ya ven, ciertamente lo más desgarrador de nuestro mundo lo hallamos en la falta de amor, sin amor nos sobrevienen todas las desgracias, es el origen de la destrucción del ser humano y de todo el ecosistema.
Pero la estupidez humana ha hecho «Un mundo de ricos que vive a costa de ahogar a los pobres y esos mismos pobres ahogan a otros pobres y así la cadena de humillaciones llega hasta el eslabón más bajo como es violar la inocencia de un niño.
Este reportaje conmocionó a muchos teleespectadores, ¡Por amor de Dios! No nos acostumbremos a ver como natural lo que ahoga la vida!
«Aprendamos a amar y a dejarnos amar ya que al final de la vida sólo nos examinarán del amor»
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
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