UNA DE LAS PEORES ENFERMEDADES DEL ALMA
Cuantísimo daño nos hace la envidia a nuestra alma, con qué indeferencia a veces tratamos a quienes envidiamos y disimulamos bajo la formula del silencio.
No, no nos engañemos, envidiar es una de las peores enfermedades espirituales, no da buenos frutos, más al contrario nos mata toda las demás virtudes que podamos tener, las va ahogando hasta realmente matarlas, tornándose las personas calculadoras, frías y distantes como el hielo.
Jamás he experimentado esa afección en mi, pero si la puedo describir en los que la padecen porque su desamor a caído sobre mi.
Pongamos admiración donde encontramos envidia y esforcémonos para adquirir para nosotros ese bien en lugar de despreciarlo.
Este principio de norma de vida, lo vengo aplicando tal como lo he descrito en mi diario desde los 7 años que lo empecé a escribir.
Con la pérdida de mi memoria parcial tras el accidente de moto que me dejó en coma tres meses, mi vida fue una lucha por superar mi deficiencia sin envidiar a nadie lo que yo había perdido.
Ciertamente , considero que Dios me dio esta gracia siendo una niña, él sabía que tenia que andar un camino muy largo de superación y recibí con esmero toda su misericordia y su ayuda para ser lo que hoy soy y en un futuro puedo ser si él lo dispone y yo en mi libertad lo acepto.
Con ternura.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Cuantísimo daño nos hace la envidia a nuestra alma, con qué indeferencia a veces tratamos a quienes envidiamos y disimulamos bajo la formula del silencio.
No, no nos engañemos, envidiar es una de las peores enfermedades espirituales, no da buenos frutos, más al contrario nos mata toda las demás virtudes que podamos tener, las va ahogando hasta realmente matarlas, tornándose las personas calculadoras, frías y distantes como el hielo.
Jamás he experimentado esa afección en mi, pero si la puedo describir en los que la padecen porque su desamor a caído sobre mi.
Pongamos admiración donde encontramos envidia y esforcémonos para adquirir para nosotros ese bien en lugar de despreciarlo.
Este principio de norma de vida, lo vengo aplicando tal como lo he descrito en mi diario desde los 7 años que lo empecé a escribir.
Con la pérdida de mi memoria parcial tras el accidente de moto que me dejó en coma tres meses, mi vida fue una lucha por superar mi deficiencia sin envidiar a nadie lo que yo había perdido.
Ciertamente , considero que Dios me dio esta gracia siendo una niña, él sabía que tenia que andar un camino muy largo de superación y recibí con esmero toda su misericordia y su ayuda para ser lo que hoy soy y en un futuro puedo ser si él lo dispone y yo en mi libertad lo acepto.
Con ternura.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Saber agradecer al otro su cualidad nos ayuda a descentrarnos y a descubrir todo lo bueno que tiene el otro con agradecimiento. ¡A mí me ha ido bien así!
ResponderEliminarLa "endivia" como me decía un amigo en broma, mata la vida.
Yo me alegro mucho mucho de tu blog y de todo el bien que estás haciendo.
¡Te hago propaganda! jajaja!
Un fuerte abrazo
hacen mucho daño las pasiones de la envidia y los celos... ¡cuántos dramas se originan por su causa! Opino que se debería hablar más, en general, del cultivo de las virtudes como antídoto contra las malas pasiones. ¿No crees?
ResponderEliminarUn abrazo, linda.
;O)
La envidia, para mi, mata a la persona que la padece, y casi siempre se acaba volviendo contra ella.
ResponderEliminarYo la considero una enfermedad, pero una persona envidiosa, puede causar mucho daño, Dios nos libre de ellas.
Un abrazo
Pilar
Hola Sor Cecilia si la envidia fuera tiña estaríamos muchos humamos calvos.
ResponderEliminarSuerte que yo no soy envidiosa.
Un post excelente, muy buen post .
Besos de MA.
Cuánta razón tienes en tu publicación. Sabes que por envidia se mata, por envidia se roba, por envidia se odia. Es uno de los peores males que sufre el hombre, por suerte todos no somos así.
ResponderEliminarGracias por publicarlo. Muchos besos.
BUENAS NOCHES SOR CECILIA:
ResponderEliminarME VOY A HACER NONAS, CON ESTA REFLEXIÓN EN MI MENTE.
ESTOY SEGURA QUE MAÑANA CUANDO DESPIERTE,
SERÉ UN POCO MEJOR PERSONA.
BESOS.
UNA ABRAÇADA, Montserrat
Olá Sor Cecilia,aprecio muito teus comentarios ,é verdade a inveja é muito triste,quem tem não calcula o mal que faz para ela própria.Abraços.
ResponderEliminarMi querida Cecilia buenas moches!!
ResponderEliminarHace un momento he puesto una entrada con la atención que has tenido conmigo hace unos días.
Cuando puedas y si te apetece te acercas para verlo.
Gracias!!
Un abrazo de afectos
Marí
Por suerte me pasa como a ti, nunca tuve envidia de nadie.
ResponderEliminarLa envidia engendra mucha maldad en los hombres.Un abrazo
querida Sor Cecilia
ResponderEliminar¡Parece que sabías que hoy celebramos una fiesta inspirada en el color Azul en el blog de Marcela,Colorin Colorado, y por eso has elegido flores de color azul para ilustrar tu post!
Sobre la envidia es algo que sí puedo decir firmemente que nunca la he sentido,acepto lo que tengo y con ello soy plenamente feliz en el plano material
En el aspecto espiritual si puedo llegar a sentir una cierta "envidia sana" por llamar de alguna manera a ese sentimiento ...la Paz espiritual, la Fé sin ningun atisbo de duda...quizás si envidie a los que lo gozan plenamente pero más que despertar en mí sentimientos negativos,como tú dices lo que siento es una profunda admiración
Un fuerte abrazo
...pues bien..como sabes..yo no sólo me detengo en tu post..sino reflexiono también en los comentarios del mismo..tu entrada muy buena..pero siento..que no hemos y me incluyo tomado la magnitud de lo que la envidia significa...como decís Norma,mata al que la padece,pero mata también..al que la recibe,el envidiado..por que muchas veces hasta sin saberlo(obvio sin quererlo incluso ),el o la envidiada reciben..todo ese sentimiento negativo..y en algunas personas,las mas sensibles a esos sentimientos ocasionan tratornos emocionales e incluso ahasta físicos..la envidia es una sentimeinto negativo tan! fuerte que puede destruir también al envidiado/a.Aveces no sabemos si nos envidian o que nos envidian..pero si nos toca sentirlo,les aseguro..para los que deseamos brindarnos..y sólo dar..sencillamente ,nos daña...de una forma tan dificil de explicar.que parece como morirse en vida...y el que envidia no siempre se siente así,por que aparte por lo general es inescrupuloso,y tiene otra escala de valores...y solo se impoorta de el mismo...Cecilia querida...un beso gigante...
ResponderEliminary ojalá la gente fuera menos envidiosa....ufffffffffff..hasta en la web está lleno!!..no nos salvamos en ningún lado...tqm..Bárbara
Que tema Sor Ceciclia, como sufren las personas que son envidiosas. Nunca lo fui, para mi el logro de otros me hace feliz como si fueran míos.Tengo mucha empatía, siempre digo que la felicidad del otro es la mía y el dolor del otro también es mi dolor.La o las personas que me envidian no me afectan porque hago como dice el refrán"si mi brillo te enceguece, ponte anteojos de sol, porque yo seguiré brillando".
ResponderEliminarBuena Semana!
Todo mi cariño para Ud.
Qué lindo blog tenés! Me encantó y la entrada me gustó mucho.
ResponderEliminarQue tengas una hermosa semana.
Besitos
Quizás pecara de mentirosa si no dijera que alguna vez la envidia ha recorrido mi interior, no mala mente, la envidia que he sentido ha sido por admirar a personas que hablan con soltura, los temas de conversación son fluidos mientras que yo pienso que no tengo ese don, son admirables. Envidio a las personas que pueden subir cimas, admirar la naturaleza desde lo alto, llenar la mirada de bellos paisajes que yo no puedo debido a mi extremo vértigo, envidio a las personas que saben administrar su tiempo, cuando yo desperdicio tanto o no me cunde como a ellas, no sé, es como una envidia admirable a la vez.
ResponderEliminarLlegué a tu blog a través del de la Gata Coqueta y si no te importa me quedo.
Un besote muy grande amiga.
No sé si podemos asegurar no sufrir de propia envidia. No creo que nadie piense: ¡qué envidioso soy! Normalmente no nos vemos tan clarito los pecados capitales. Por lo menos el soberbio no sabe que lo es como tampoco el humilde en su virtud. Ni seguramente el lujurioso y el casto tampoco. El que realmente sabe si peca o no, es quien está en la tensión de no caer en ese pecado. Entonces puedo asegurar que no soy envidiosa porque me he quedado en el umbral de los celos y desde allí y con la confesión y reflexión no he pasado; y también por ello sé reconocer a los celosos y envidiosos que han pasado por mi vida.
ResponderEliminarNo me gusta pero soy una pecadora a la que van bien toda reflexión; gracias por la tuya
Sor Cecilia,es verdad todo lo que nos dice sobre la envidia,es un mal que se lleva dentro, se desarrolla o no,según esa fuerza de voluntad...cabe decir que hay envidas...sanas...como: Te envido...hoy no trabajas...Entristecernos y desear lo ajeno, no conduce a ningún lugar, tan solo sentir amargura en nuestro ser, que bonito ver a cualquier humano prosperar, verle feliz... y no desearle todo lo contrario.
ResponderEliminarUn placer pasar por su blog, gracias por sus entradas.
Un abrazo agararimoso, desde mi Galicia.
buenos dias ..de la cama a tu lado
ResponderEliminarun abrazo
Marina
estoy mejor
Hola hermosa alma del Señor, que aburrimiento verdad...saludarte siempre asi, pero tiene su sentido, todos somos del Señor y sus caminos son infinitos, sabe bien lo que necesitamos, aúnque no sea lo que queremos, pedid y se os dara, nunca nos dejara desnudos de cualidades si le pedimos que nos vista de su gracia, también nos ayuda a desnudarnos, de lo que no necesitamos, envidia, celos y otras cosas parecidas.
ResponderEliminarNuestro creador es generoso y nadie nos conoce mejor.
Un abrazo en nuestro amado.
Ambar
Gracias por publicar este tema.
ResponderEliminarYo, a diferencia de la mayoría de los que comentan, si he sufrido y sufro por este pecado.
Hace tiempo en una confesión, el sacerdote me ayudó mucho, al descubrirme que había que ir a la raíz de esa mala pasión: la falta de aceptación de las limitaciones, situaciones afectivas, económicas, sociales y también la falta de reconocimiento de los talentos que Dios había puesto en mi vida.
Lejos de "culpabilizarme", aquella reflexión me dió mucha luz porque me hizo ver que yo en cierto modo, era la primera víctima de ese pecado.
Con la acción de la Gracia, no deja de ser un simple sentimiento (gracias a Dios nunca he llegado a hacer una mala acción contra nadie o un mal comentario),pero en mi corazón a veces se desata ese sentimiento de envidia. Busco la confesión frecuente y procuro rezar por la persona a la que haya envidiado.
Me gustaría que siguiera profundizando en este tema, hermana, puesto que veo que ha suscitado muchos comentarios y que puede ayudarnos.
En Jesús.
Nina
Es el veneno de esta sociedad. La envidia es la que mueve a muchas personas a desear algo que no está a su alcance, es el desagradecimiento hacia Dios. Gracias por su e-mail. La llevao en mis oraciones. Un saludo fraternal.
ResponderEliminarQuerida Hermana:
ResponderEliminarMi tío sacerdote me decía cuando era chica: "mirá Edit, la envidia es el dolor por el bien ajeno. El día que sientas eso, tienes que orar mucho para que Dios te de la gracia de ser feliz por el otro."
Le cuento esto, porque con su consejo, descubrí cuando la tentación se hace presente a traves de la envidia.
En estos tiempos de madurez, cuando veo el bien del otro me siento muy feliz, y nace en mi corazón la gratitud por el, por mí y por mi querido tío.
La entrada de hoy es un tesoro para el alma.
Hola Sor Cecilia, soy yo, otra vez, me olvidé de decirte que en mi entrada de hoy hay unas palabras de agradecimiento por esos reglos que recibo de tu generoso corazón, cuando tengas tiempo si te apetece pasas para verlos.
ResponderEliminarUn abrazo en nuestro amado.
la envidia es un sentimiento feo!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo La envidia es un cancer que hay que estirpar. Yo no soy envidiosa. Puedo tengo muy cercana a una persona que lo es y ha separado a toda una familia unida por envidia . Es lo peor que te puede suceder.
ResponderEliminarCecilia puse en mi blog tu premio y un poema de un solo verso que te dedico. Muchos besos.
La "envidia" indica que aún no hemos crecido en el AMOR...
ResponderEliminarEs un lujo leer tus escritos Sor Cecilia.
Mis cariños inmensos para tí: Mariana
muy buena reflexión, yo doy gracias a Dios por no sentir envidia por nada ni por nadie, yo siempre me alegro de las cosas buenas que le puedan pasar a los demás y me alegro mucho de haberte conocido, gracias de nuevo por compartir todo lo que tienes, llegan a mi corazón. Mi correo es tustaroldan@hotmail.com,aunque ya te he mandado cositas y ya lo tienes, un abrazo.
ResponderEliminarGracias Sor Cecilia por esta entrada donde define muy bién LA ENVIDIA,algo siempre constante en esta sociedad y pienso que una enfermedad para quienes la sufre ya que su corazón nunca podrá estar libre.
ResponderEliminarCon cariño Victoria
Pues yo sor Cecelia no soy envidioso de nada ni de nadie. Todo el mundo me envidia a mí segurametne porque soy una de las personas más perfectas de este mundo. Les entiendo pobrecillos.Si acaso a veces me envidio a mi mismo. Yo no puedo envidiar a nadie porque soy el mejor.
ResponderEliminarEs broma,ahora ya en serio, efectivamente la envídia es mala primero para el que la siente y por envídia se llegan a hacer atrocidades.
Se puede dejar de ser envidioso yo diría casi sin dificultad, igual que dejar de ser celoso, orgulloso...etc eso sí, nosotros práctiamente lo que haremos es pedirle a Dios que nos ayuda, Él lo hará todo o casi. Nosotros únicamente en cuanto nos venga esa tristeza o mal humor por el bien del otro de inmediato le daremos las gracias Dios que ha dado esa bendición a ese hermano y posteriormente pediremos no solo que desaparezca la envídia de nosotros sino que nos ayude a descubrir eso que nosotros sabemos hacer bien y desarrollarlo y sentirnos realizados. ¿Si soy feliz como soy, me acepto, tengo lo que creo me merezo, tengo al Señor, hago todo lo que puedo...? ¿qué sentido tiene envidiar a nadie?
Un buen consejo esto que ha dicho ud hermana:
"Pongamos admiración donde encontramos envidia y esforcémonos para adquirir para nosotros ese bien en lugar de despreciarlo".
Un placer visitarte mi querida Sor Cecilia!!! Y que bueno que hayas elegido este tema para que todos reflexionemos y entendamos que la envidia es un veneno horrible con daños gravísimos para el envidioso y ni que decir del envidiado.Mil cariños Laura Cornejo
ResponderEliminarSor Cecilia, te didico con todo cariño premios para tu blog...entre ellos: PREMIO BLOG AMOROSO !!! Espero te guste, mil cariños y estoy Feliz de haberte encontrado a tí y tu blog tan lleno de amor!!!
ResponderEliminarLaura Cornejo
Pd: ingresá a www.lospremiosdemiscyberamigos.blogspot.com
no ser envidioso no hace falta decir que no se es...hay que demostrarlo sin serlo ...me revuelven los que lo son y encima dicen que no ...dios mio que hermoso es ser sensato en la vida.
ResponderEliminarA tu lado ...y hata luego...un abrazo
Marina
Tu espacio es cada vez más lindo. Felicidades. Un saludo.
ResponderEliminarSor Cecilia, muy bonita su entrada para hacernos reflexionar...
ResponderEliminarSiempre hay que mirarse por dentro y descubrir nuestros rincones más ocultos.
Admiro su forma de pensar y su superación de la enfermedad desde pequeña.
Un abrazo fuerte desde mi librillo.
Trabajando la polaridad contraria, osea la virtud, la envidia muere por si sóla por falta de atención.
ResponderEliminarTrabajemos en gratitud y generosidad para fortalecernos.
Gracias.
Mi querida amiga, la envidia es una compañera de viaje no muy aconsejable, y el problema esta en quienes la llevan consigo, aún se permiten el lujo de dar consejos de humildad a los demás...
ResponderEliminarUn beso con la esperanza de que mañana amanezca un día aún más hermoso que el de hoy.
María del Carmen
É um canto ao amor, o possível "refúgio exato" diante do caos geral.
ResponderEliminarHola Sor Cecilia, muy buena publicacion.
ResponderEliminarLa envidia una enfermedad muy comun en estos dias.
Un abrazo.
Sí que se trata de un sentimiento peligroso y poco caritativo. Y por desgracia, todos podemos caer en el si nos descuidamos y pensamos en nosotros más de la cuenta. Estemos alerta para evitarlo.
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