LA PROVIDENCIA EN UNA TARDE DE CHAT

Suelo tener el Messenger desconectado, las amigas ya lo saben así que ellas interrumpen mi labor y entran en mi espacio. Pero hace unos días parpadeaba insistentemente y decidí abrir, con ello me aparece un mensaje desconcertante:
Hermana, no puedo más, mi esposa me ha abandonado y sin ella no deseo vivir, me voy a suicidar.

Sor.Cecilia.-Cálmese, abra la cámara, vamos a hablarlo despacio.
Esperé unos segundos, el pobre señor no atinaba a darles a los botones, ya por fin nos vemos.

Mi esposa y yo hemos discutido por tonterías pero como eran tantas, se ha cansado de mi y se ha ido a casa de su madre y ya me ha dicho que lo nuestro se ha terminado.
No tenemos hijos por mi culpa y siempre me acusa de mi esterilidad, yo creía que lo podríamos superar, pero ella no lo perdona.


Sor.Cecilia.- ¿Cuantos años llevan casados?
39 años hará el 11 de septiembre.

Sor.Cecilia.-Bueno, vamos a serenarnos, usted ha venido a mí por algo, ¿quiere que le ayude verdad?

¡Claro que quiero que me ayude!, en casa tanto mi esposa como solemos comentar lo que escribe usted, mi esposa si que es creyente, yo no.

Sor.Cecilia.- Entonces ya sabe como pienso, como soy y como le voy a ayudar.

Haga lo que quiera, pero yo me quito la vida hoy mismo, rece por mi.

Fin de la conexión

Ya se pueden imaginar con qué responsabilidad me sentía esa tarde, se lo comenté a una amiga, ya me siento cansada de tantos dolor como tengo que pasar con cada uno de mis hermanos sufrientes, duele el corazón, duele hasta la misma piel.
Baje al coro y delante del sagrario me abandone como un niño pequeño en los brazos de su madre, sabiendo que no lo dejará caer al suelo.

Regrese al ordenador para seguir trabajando y volvió a aparecer ese señor, esa vez era yo la que no atinaba a dar al botón de la cámara.

Sor.Cecilia.-Bueno, veo que sigue con vida.

Sí hermana, he esperado a que usted rezara y tuviera esperanza en el regreso de mi esposa.

Sor.Cecilia.-Esto está muy bien, vamos a rezar juntos un Padrenuestro.

¡No, no, yo no se reza!!r, no creo en Dios, pero usted sí, rece usted.

Sor.Cecilia.-Vamos a rezar juntos, repita después de yo casa frase y no tenga miedo confíe en mi oración, pero usted haga la segunda voz por lo bajito. ¿Vale?

Bueno si se empeña

Sor.Cecilia.-Padrenuestro que estás en el cielo santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, y perdona nuestras culpas como nosotros perdonamos…….

Espere, espere hermana, no se vaya.

Sor.Cecilia.- espere unos minutos que me parecieron eternos pues no sabía que le pasaba, y ya de vuelta vi que estaba acompañado de una mujer, la sentó frente a la cámara, la señora exclamó ¿Usted sor cecilia en mi casa?
Bueno, no pasó nada, estábamos hablando de usted con Dios y justo usted regresó a casa a tiempo.
Su marido ya le contará nuestra conversación, ahora antes de irme, les propongo que los tres recemos un Padrenuestro

Y yo corte la conexión mandándoles unos iconos muy graciosos que se besan y que me encantan.

Demos gracias a Dios, por su Providencia.

Con ternura,
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P