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sábado, 2 de enero de 2010

¿QUÉ ES SER SANTO?

Desearía al inicio de este nuevo año, darles aquello que llevo en el corazón, darlo sin más y si es posible, hacer entre todos una gran oración que llegue a toda la humanidad sufriente y que no conoce a Jesucristo.
Les propongo que entre todos nos ayudemos a ser SANTOS.
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No es carecer de defectos,
ni nacer con perfección,
es por encima de todo
¡saber dar tan solo amor!

No es esperar que te quieran
sino saberlos querer,
aunque en pago a mi cariño
ellos me hagan padecer.

No solo amar al que me ama
es, al que me clava en la cruz
besarle, para que Jesús
le ilumine con su luz.

Es ser humilde, sencilla,
y aprender a sonreír
para alegrar al hermano
y hacerle dulce el convivir.

No es decir cosas bonitas,
ni saberlas explicar,
es que lo diga mi vida
en una entrega total.

Es olvidarte del «Yo»
por pensar en los demás
que son retrato de Cristo…
Aquí está la santidad.


Aut. Dña.Genoveva Palomino

1 comentario:

  1. Benvolguda Ceci:
    (de entrada, perdón por un comentario tan largo)

    Me pides santidad..¡cuando soy tan mal siervo que aún no se hacer lo me manda mi Señor!
    Mas no me asusta no tener santidad; al contrario, ya me gustaría que, como a la pecadora, Jesús me dijera: "Tus muchos pecados te son perdonados" (Lc 7,47).
    Temo, y mucho, no tener amor.
    Porque no es de santidad en lo que seremos juzgados; sino de amor.
    Ya que ésta es la orden de mi Señor: ¡Amarás!
    (Lc 10,27; Mc 22,37ss y Mt 12,29ss relatan 'dos' mandamientos; y ¡Jn 13,34 y 14,15ss!)
    Dios Padre, en su misericordia, ya nos hace santos a sus ojos; pero, ¿sabes lo que ni Dios mismo se permite hacer?: ¡Amar por mí!
    Él, que es solo Amor, se resiste a amar un poco más... para que yo aprenda a amar.

    ¡Pobre ciego de mí que pretendo guiar a quien lo ha dado todo en su búsqueda de la Luz!

    Aunque te sugeriré una cosa; a ti y a los de tu (casa) blog.
    Propongamos "doce meses, doce cosas concretas en las que aumentar mi amor".
    No importa que no sepamos redactar. Importa la idea de amar. Ya te encargarás tú de darle forma a los comentarios que te hagan.
    ¡Intentémoslo!
    Y para que sea última, ahí va la primera:

    Miremos el Belén que cada navidad montamos para "adorar al Niño como Dios manda"
    Adorar, mucho... amar, menos.
    Adornar el belén con el Niño, María, José; el ángel, los pastores, los reyes...
    y no amar el pesebre, el frío, la soledad, la angústia, la pobreza... el asno, el buey...

    Me comprometo a amarte, Niño Jesús, Tú que has querido nacer en un pesebre, en la figura del 'asno' de mi jefe y del 'apacible -pero apestoso- buey' de alguno de mis compañeros. (Ni en este contexto caben otros apeliativos)
    No comparto para nada sus actitudes, su forma de pensar; están -creo yo- contemplando más su próxima jubilación que reflexionando lo mucho que necesita de ellos 'su tarea'.
    Pero Tú, casi desnudo como en la cruz, en pañales, en un pesebre sucio y apestoso... pero menos frío precisamente por la presencia de éstos, me pides que "estando [ellos] todavía lejos [de mi forma de pensar y actuar] les 'vea y me conmueva'"
    (cf Lc 15,20 ¡como no!)

    Pd: ¡ya me gustaría a mí contar con una hermanita de oriación cualquiera de vosotras!
    Así que ya estás yendo por la tuya y compartiendo con ella este comentario.
    Os queremos, Al + Mc

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