SOY GITANA

IMAGEN DE INTERNET

Hoy deseo presentarles una realidad bien viva en nuestra sociedad, aunque esté presente también en otras sociedades nos centraremos en el aquí y ahora.

Desde su llegada a Europa central y occidental a comienzos del siglo XV, la raza gitana ha sido objeto, en mayor o menor medida, de persecuciones, discriminaciones, injusticias sociales, actos racistas... Pero a pesar de las dificultades de integración que han sufrido a lo largo de los siglos, los gitanos luchan todavía con el fin de conseguir la plena integración en la sociedad a la que pertenecen, el reconocimiento de su cultura y su identidad, la mejora de su imagen pública.

Extracto de Internet.

Mi monasterio está situado muy cerca de un barrio por excelencia gitano, suelen venir varias veces a pedirnos dinero, comida o ropita para los niños.
En casa los atendemos a todos y conocemos sus necesidades, sus ilusiones y desesperaciones.
La monja encargada del torno, lugar donde se pasan los bultos con una trampilla giratoria, conoce cada realidad.

Hoy una servidora con otra hermana viajábamos en un transporte público y mi compañera reconoció a la hija de una gitana que viene a casa y le dijo: ¿eres tú la hija de Lola? Y la muchacha que llevaba un cochecito con un bebé, dijo: sí y aquí traigo a uno de sus nietos.
Ambas nos acercamos a la cunita del coche y vimos un bebé muy pequeño, muy moreno, mi hermana continuaba hablando con la gitana mientras yo miraba asombrada el cuellecito de aquello que parecía un bebé.

Aún estoy atónita, el niño llevaba una cánula de traqueotomía por donde respiraba y pregunto a su madre: ¿Por qué lleva el niño una cánula, qué le ha pasado? Su madre nos cuenta que nació con 5 meses y que lo han salvado de milagro, ha estado ingresado 1 mes en el hospital y aún le faltan 3 meses por nacer y no hay manera de que engorde, va cogiendo peso muy lentamente, necesita continuos cuidados, aspirarle las secreciones y procurar que no se infecte, lo llevo hermanas entre algodones.

Ni que decir que nos quedamos maravilladas de la entereza de esa chica que solo cuenta con 20 años y ya tiene 3 hijos. Y qué serenidad y educación tenía la muchacha en la forma de atendernos.
Le preguntamos: ¿Tu marido trabaja? Sí, en la chatarretería, donde trabajan todos los gitanos y suele llevar cada día de 30 a 40 euros, justo para vivir. En todo el trayecto no la vimos sonreír y yo no deseaba marcharme sin ver su sonrisa, porque se que esta raza es por excelencia arte, figura, genio, poderío y alegría en su cante y baile, siempre desde niña los vi cruzar por mi tierra con su carro y caballo cantando tan felices aún que no tuviesen con qué llenar su panza.
Y bien…le pregunté: ¿Cómo se llama el niño? Se llama Adán. ¡Ah Adán!, es un nombre muy bonito; pues no te preocupes que a partir de hoy voy a rezar por tu familia para que todo os vaya bien y el niño recupere la salud.
Dicho esto, los ojos de la muchacha se abrieron desmesuradamente y cálidamente sonrió con unos dientes blanquísimos .Sonrió porque alguien no gitano se preocupaba por su gente.

Los gitanos, siempre han sido mis amigos ya desde la infancia los metía dentro de mi casa para lavarlos y compartir mi merienda, me encantaba su vida errante, sus vestidos tan luminosos, sus rasgos tan distintos a los míos, su lengua, su unidad familiar y la defensa de su integridad, lo que nunca me gustó fue su cultura patriarcal alienante de la mujer, pero como no soy gitana sino una paya, no me voy a preocupar.

Esta muchacha, nos decía que los gitanos se sentían rechazados de optar a trabajos por su raza, piensa que somos discriminatorios y abusamos del poder.

Díganme: ¿Qué opinión tienen al respecto?, los españoles somos forofos en rechazar esta etnía degradándola quizás o no?
¿Somos conscientes que somos hermanos en Cristo?
Ustedes tienen alguna razón por la cual nunca tomarían a su servicio o les alquilaría un piso a un gitano.

Les dejo con estas reflexiones.
Reciban mi ternura
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P