LA GRACIA VENCIÓ A MI VICIO

Me inicié en el tabaquismo a edad muy temprana (confieso que mi vida en casi todo ha sido con una extraordinaria precocidad, de niña pensante, de adolescente y de adulta), pues como les digo, contaba 9 años de edad cuando me aficioné a sacar humo por la nariz.

Siempre he sido ya desde niña constante en mis objetivos y si tenía que sacar humo por la nariz, pues no cabía otra cosa que ensayar delante del espejo del tocador de la habitación de mis padres hasta conseguirlo y lo conseguí, más con unos mareos y nauseas que ni quiero recordar , pero yo seguia con mi próposito y una y otra vez tragaba el humo hasta que sin saber como tuve la sorpresa de ver cumplido mi esfuerzo, aunque fuese para una cosa banal.

Pero con el tiempo me descubrieron, contaba por entonces 14 años. Mi padre me regañó mucho, pero cosa extraña, no me pegó, pero poco me importaba si lo hubiese hecho, mi decisión era firme.
Mi padre fue explicándome que era muy feo que una mujer fumase. Intentó, que le prometiera que dejaría de fumar, pero jamás logró que de mis labios saliera una promesa, ni un juramento a este respecto.
Yo insistía en que no deseaba dejar de fumar y menos por ser una mujer, eso no lo podía admitir, por lo tanto eran inútiles todos sus esfuerzos para disolver mi tozudez.

Qué conseguí: que mi padre me diera libertad de fumar en casa cuando quisiese sin violencia, y yo al tener libertad fumaba menos que nunca, respetaba los espacios de mi hogar como si de un lugar sagrado se tratase.

No dejé de fumar hasta que entré en el Carmelo descalzo en 1991, y nunca más volví a sentir necesidad de fumar, mi cuerpo no presentó el «Mono» la gracia me asistió pues lo más normal es que manifestará ansiedad, nerviosismo, sudoración y así termino este capitulo, diciéndoles que tras 31 años de fumar 2 y 3 cajetillas diarias mi amor por Dios superó mi vicio.

Tengo aquí mi diario de donde trascribo mi vida y hay un apartado que dice así:
Cecilia ¿Cuándo dejarás de fumar?-Cuando tenga hecha una determinación de hacerlo.-
¿Y cuanto tiempo tardaré en determinarme?-Depende sólo de mí.
¿Cuántas veces me lo he planteado? Muchas. Y concluyo…«Con la fuerza de voluntad que tienes para todo ¿Cómo es que no puedes con este vicio? Y me contesto Por estupidez.
¡Pues entonces mujer!! ¿A qué esperas?
¡Bueno, esperaré 10 minutos antes de encender otro cigarrillo!!»

Mi vicio lo venció la gracia de haberme enamorado de jesús

                                                           

Con ternura

Sor.cecilia Codina masachs O.P