Siempre escribía mi carta a los Reyes Magos con las mismas palabras…«Como he sido una niña muy mala no os pido nada, sólo me gustaría una bicicleta».
Así fue durante muchos años mi carta y la bicicleta nunca me la traían.
Mis padres cada año me decían: « Si limpias y sacas todas las hierbas del jardín, seguro que te traerán la bicicleta».
Nadie sabe ni se puede imaginar con qué ilusión limpiaba todo el jardín, que por cierto era muy grande para una niña, terminaba extenuada; pero la inocencia y mi ilusión siempre desbordada por la intensidad de mi voluntad, podían más en mí que todo el penoso trabajo para limpiarlo.
Los Reyes siempre se portaron muy bien conmigo, tenía los mejores juguetes y en abundancia de todo el barrio, pero jamás tuve la bicicleta, y pensaba… ¿Por qué no me traen la bicicleta, por qué? Y cada año me tocaba llorar sin tener una explicación y para más inrri, mi feroz abuela me decía: ¿Nena ya has mirado detrás del pozo? Y ya me veis corriendo a sacar toda la leña por si la habían dejado escondida allí; otro trabajo inútil.
Pero todo el color de rosa un día toma forma la realidad y el color desaparece quedando en blanco y negro. Los Reyes no existen, me dijeron las compañeras del colegio y aún pasé otro año ocultando a mis padres que sabía la verdad.-
Otro año limpiando el dichoso jardín, poniendo el agua y las algarrobas para los camellos del Oriente. Sentí tristeza que mis padres me engañasen haciéndome limpiar el jardín y que jugaran con mi inocencia, me pesaba mucho pero no lo demostré. Asaltó a mi poca memoria tantos años en que me habían usado de jardinera sin premio.
Pero mi enfado se aplacó cuando descubrí que todas mis amigas les habían pasado lo mismo que a mí.
Y escribí en mi diario:
1.- La ilusión remueve el mundo entero, hasta mi jardín.
2.- Que mis padres lo hicieron a su manera con amor, era como habían sido educados ellos.
3.- Que se deben obtener las cosas razonablemente, aunque se deseen intensamente, puede ser que no sean apropiadas y tal como era yo de impetuosa, era ciertamente una imprudencia tener una bicicleta.
*Hoy se me plantea, que no abusaría de la inocencia de una niña, mi hija para realizar ningún trabajo de semejante envergadura.
*Que mantendría la ilusión en mis hijos para obtener los regalos sin necesidad de mentirles.
* Les explicaría cual es el significado de la festividad de los Reyes de manera sencilla y que pudiesen ir asimilando la realidad de la belleza de la vida cuando se vive desde el prisma de lo positivo.
• Hoy ya sabemos que los Reyes Magos no existieron, no hay ningún dato histórico que lo recojan, no obstante es bueno dejar esa magia libre.
• * Porque la verdadera magia, está en todos nosotros y en nosotros está todo el poder de realizar magia para los demás, la magia de saber amar hace que cuantos convivan con nosotros se sientan felices.
Personalmente ambiciono sanamente hacerles felices a todos ustedes con mis relatos de infancia.
Con ternura.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Sor Cecilia: Conseguir lo que deseamos con esfuerzo está muy bien siempre que haya una cierta proporción...
ResponderEliminarPero lo mejor del relato es la comprensión hacia sus padres y el entender que en ellos había amor, mucho amor, seguro.
Lo de la bicicleta ha sido una espinita de muchos niños-as...
Y el hacer felices a los que nos rodean nos hace muy felices. Esa es la gran magia de la vida
Me encantan sus relatos. Espero continue compartiendolos.
ResponderEliminarCariños.
Cómo!!, ¿que los reyes magos no exiten?.
ResponderEliminaruhmmm...ya decía yo.
Pues nada se lo pediré Santa cloused o Baltasar Garzón o como se diga.
Quiero mi bicicleta!
Hace una mes o así en clases de exégesis bíblica casi me tienen que poner la camisa de fuerza cuando escuché lo que dicen los exegetas sobre el viaje a Egipto de José, María y el pequeño Jesús que únicamente recoge S.Mateo y que tiene mucho que ver con el público al que se dirigía, judios conversos, y la necesidad de relacionar los hechos de NT con el AT.
ResponderEliminarNo trasladaré esa polémica aquí para no dar de comer a los buitres, pero hay una diferencia y es que lo de los reyes magos nunca fue verdad, o mejor dicho no fue verdad exactamente como se ha venido contando y se cuenta todavía y que me resisto sin embargo a creer a los exegetas en lo relativo a dicho viaje con prisas, sueño de S. José, el malvado Herodes...etc y que me perdonen por mi atrevimiento que no es debido sino a mi ignorancia como no podía ser de otra manera.
En este caso no me dejo vender la... motocicleta.
Sor.Cecilia buenos días para todos y/ das, siempre hay un porque cuando no surgen las cosas Sor. Cecilia y si con la bicicleta te hubiera accidentado.
ResponderEliminarUn cordial saludo de…
Abstracción textos y Reflexión.
Me encantan sus relatos, pero hoy no estoy de acuerdo con usted, los Reyes Magos existen, si no, no me hubiera recorrido la provincia de Madrid buscando un juguete que la casa había retirado por haber sacado un nuevo modelo; por más que intentaba que mi hijo cambiara su pedido explicandole que los Reyes no podian traerlo porque ya no podian comprarlo, la respuesta siempre era " ¡ pero mamá, si son magos! Menos mal que lo encontré en una tienda de un pueblo.
ResponderEliminarNo todo el mundo es igual, ni reacciona lo mismo, pero creo que la ilusión de esa noche no tiene precio, es un buen recuerdo para toda la vida y está basada en que son los reyes los que traen los juguetes.
Y las frustraciones no vienen mal, son educativas.
En lo de limpiar el jardín, no entro, cada padre tiene su sistema, pero siempre pensando en lo mejor para el hijo.
Un abrazo fuerte
Buenos días, Sor Cecilia. Magnífica entrada. La ilusión.... que grandeza de palabra, pero sin que se mixtifique con engaños. Las tradiciones tienen su encanto, constituyen un fabuloso mundo para pequeños y mayores, y no hay que sacar conclusiones con el advenimiento de los tiempos y costumbres modernas.
ResponderEliminarCon afecto,
Luis.
Hola y buenos dias, cada tiempo tiene su historia, y todas las historias, tienen dos partes, positiva y negativa.
ResponderEliminarPosito tener ilisión por la vida y todo lo que hay en ella.
Negativo apegarse demasiado a esas ilusiones por mantener una tradición, la ignorancia y la necesidad, obligaba a nuestros mayores a mentir sin pensar si estaba bien o estaba mal, esas cosas son parte de nuestras vidas y las profundas raíces, cuesta mucho esfuerzo arrancarlas, mejor seguir adelante día a día.
Un abrazo en el Señor.
Ambar.
Estimada Sor. Cecilia,
ResponderEliminarAcabo de veure al blog de Montserrat, ara ja et conec. Jo sabía que vas a l´Església, doncs, el meu cosí també va allá a Montserrat, es sacerdot i es molt jove. I jo sóc una altre classe de la religió. Encantada de coneixer-te. Molts petons maca.
...He leido este relato de su infancia y me recuerda la mia...tengo un poema en mi libro "Espigas del alma" de una realidad de mi vida en un año de reyes ...mi sueño era una muñeca que veia cada dia en un escaparate,ya pondre la poesia al blog,recordando yo su bici.un abrazo
ResponderEliminarMarina.
LLEGO DEL MEDICO.
Tengo un resobrino, el Pol, que es un sol. El día que le dijeron que los Reyes eran los padres, se fue a abrazarlos a las dos para darles las gracias por todos los juguetes que le habían regalodo estos años.
ResponderEliminarYo reaccioné muy mal. Me había casi peleado con mis amigos porque no aceptaba que mis padres podían engañarme. Eso me hizo mucho daño. Está claro que cada uno es diferente. Un abrazo: Joan Josep
Hola Sor Cecilia:
ResponderEliminarComo siempre agradecida porque cuando leo tus vivencias, remuevo a mi niña interior y entonces me imagino a mi de niña, jugando contigo, aunque yo era una nena muy quietecita y cuando corria siempre me caia de morros.
Yo jugaba más a los cromos, con la palma de mi mano.
Una abraçada germana, Montserrat
¡Muy hermoso, gracias por compartir cosas tan bellas!
ResponderEliminarSor Cecilia me has recordado mi infancia ¡si yo te contara como me entere!,mantener la ilusión en los niños es muy hermoso y llevarlos poco a poco hacia la realidad es más hermoso aún... algún dia te contaré...Un abrazo
ResponderEliminarHola Sor Cecilia!!! jajaja perdona que me ria...pero me has recordado mi niñez ...nunca tuve mi ansiada bicicleta...jamas!! incluso cuando cumpli 14 años pedi una motocicleta y despues de tenerla pagada y todo ... en la misma tienda.. mis padres se volvieron atras y no me la compraron..tenian una disculpa siempre fui muy patosa, pues me hacia daño, siempre caia..en fin que lo hicieron por mi bien pero entonces no lo entendia... tu sin embargo te diste cuenta tan pronto....del por que de todo esto.
ResponderEliminarrecibe un abrazo.
Hola Sor Cecilia, me detuve para leer tus relatos, me llevaste a mi infancia, recordar frustracciones y alegrías cuando fuí una niña, aún tengo esa alma de infante y me encanta recordar y contar las travesuras que hacía a mis hijas, ellas son unas santas comparadas conmigo jajaja, un cariñoso saludo.
ResponderEliminarHola monjiña cibernética: La verdad que yo la comprendo muy bien, dado que la bicicleta ha sido mi asignatura infantil pendiente. Para obtener ese lujo, he tenido que crecer y comprarla por mi misma. Cuando me enteré que los reyes eran los padres, me cansé de llorar y decir que no podía ser; yo creía en ellos y tenían que estar ahi vivitos y coleando. Verá monjiña que hay más decepcionadas que lo han pasado un poca mal también.
ResponderEliminarUn abraciño,
Rosa María
Me gustan mucho los recuerdos infantiles, Sor Cecilia.
ResponderEliminarEste que nos has contado, es maravilloso, aunque deje ver un poquito de desengaño.
Es durísima la experiencia de darse cuenta de repente, que los reyes magos son los padres, y además de eso, tener que pasar un año (o más), fingiendo que no te has enterado de nada.
Pero de todo se extrae algo bueno. Creo que esta experiencia es una de las primeras, que comienzan a formar nuestro modo de ver el mundo, para nuestro futuro como adultos.
La foto es muy simpática.
Un abrazo.
Querida monjiña cibernética: Vuelvo a entrar para decirte que ya he visto la foto tuya con Monserrat. Es bonito poner cara a las personas y ahora ya te conozco un poquito más. Te diré que tienes un semblante de tranquilidad.
ResponderEliminarUn abraciño,
Rosa María
Hola Sor Cecilia, por una parte me ha dado tristeza que nunca llegara esa ilusión de una niña, pero seguro que era por tu bien, o al menos así lo creían.
ResponderEliminarY por otro me ha recordado la ilusión que todos los niños tienen y que no hay palabras para describir sus caras.
Me encantan tus historias.
Un beso
Hola Sor Cecilia, después del regalo que me dejó Gaspar ayer en su bitácora, contesté pidiendo disculpas por si en algo había faltado, pero al ver que Sor Cecilia se había llevado el regalo, opté por retirar el mio.
ResponderEliminarCon un respetuoso y gran abrazo.Armando.
El código del Rally ya está descifrado.
ResponderEliminarSi lo desea, puede pasar por mi bitácora.
Un fraternal saludo.
Hola Sor Cecilia que cara de bondad tiene me he pasado por el blog de Monserrat con el permiso de ella y he visto las fotos.
ResponderEliminarVamos a el relato de hoy, yo cuando era pequeña todos los años me regalaban el mismo paraguas porque como en Almería y en Murcia no llovía pues mi madre le cambiaba el papel y listo quitando un año que me regalo una muñeca esos fueron mis reyes, luego cuando vinimos a Madrid colonia o un pañuelo.
Un abrazo hermana.
Este relato me llego al corazón, senti tanta ternura y compasion por esa pequeñita que al igual que muchos niños pasamos por lo mismo, pero lo que más me gusto fue la forma en que tomo este descubrimiento y como siguio haciendo lo que sus papis le mandaban... Gracias Madre Cecilia por compartir un pedacito de su infancia con nosotros.
ResponderEliminarUn beso
A mi tampoco me trajeron la bicicleta, tenia de todo menos la bicicleta, tenían miedo.
ResponderEliminarLo peor fue cuando me la compraba un pariente y no quisieron, eso si, no me engañaron tampoco. Tengo que decir que a mi me paso lo mismo con una de mis hijas, pero con la moto, tenia pavor, dos hijas de unos conocidos míos se murieron en una moto, su padrino se la quiso comprar y no acepte, seguro que no me lo perdona.