Siempre me ha llamado la atención la vida de los presos, quizás porque desde niña me habían amenazado de encerrarme en el hospicio sino me portaba bien.
Me aterraba la idea de estar encerrada, y lloraba desconsoladamente mientras mi abuela bajaba del altillo aquella dichosa maleta de cartón y tela a cuadros amarillos y marrones, para meter la muda y ¡de veras que la ponía bien ordenada en la maleta!
Menos mal que nunca llegaron a encerrarme, se que lo hacían para enmendarme de mis múltiples travesuras, que al fin y al cabo, hoy me las miro incluso con simpatía y benevolencia, porque ciertamente no había para hacerme sufrir de esa manera, pero saqué provecho de ello; no, no es que me corrigiese ¡no!, sino que valoré mucho ser libre, no estar sujeto a otra persona que te quite ser lo que eres de bueno y de malo, ya que ambas cosas tenemos todos los humanos, no obstante procuré que aquella dichosa maleta no descendiera nunca jamás del altillo. Saben…hice magia, un buen día, como culmen de mis travesuras la quemé.
Creo que nunca me sentí tan libre como con aquel acto no bueno, pero hecho en libertad viendo como se elevaban al cielo los últimos suspiros de mi esclavitud, para mí fue una sensación que no sabría explicar. Me había librado del hospicio, sin maleta ya no me llevarían y viví tan feliz como si nunca hubiese existido tan amenazadora maleta de cartón y tela color amarillo y marrón.
Recuerdo que cuando tenía unos 6 años me escapé de casa tres días, por culpa de mi enemiga la maleta, ya era tanto el pavor que sentía que ese día eché a correr sin sentido hasta que el cansancio me abatió en medio de los arrozales, cerca de la ermita de Nta.Sra de Bellvitge.
Entré en la ermita y le pedí a la Madrecita del cielo, me ayudará a perder el miedo, a ser buena niña y que la cigüeña me trajera un hermanito con quien poder jugar. Vivía muy sola y me entretenía subiendo a los tejados gran habilidad y con la misma habilidad a romper las tejas, motivo de enfado familiar.
Después de tres días, me encontraron en una caseta de herramientas de los campesinos, tres días muy largos, pero me procuré comida a base de tomates, con ello calmaba mi sed, era pleno mes de julio.
Ese día, que hubiere merecido una buena paliza escarmentadora, pues resultó un día precioso, magnifico, todos me abrazaron muy contentos.
Reconozco que no era una niña fácil de manejar, cosa que hoy doy gracias de haber sido tozuda, pues me fui creando mi propia personalidad independiente de aquello que a la fuerza querían meterme en mi conducta. Pasaba muchas horas pensando y es algo que aún sigo haciendo. Pensar me hace crecer, volar y hacer lo que pienso tras mucho meditar.
Sí, fui una niña traviesa que era capaz de poner en marcha la moto de mi padre, subirme en ella, arrancar a correr y empotrarla en la pared del edificio de enfrente.
Les estoy escribiendo esto y me estoy riendo muy feliz al recordar mis travesuras, las he hecho como vulgarmente decimos «De la altura de un campanario»
Les dejo, ríanse conmigo, la maleta ya murió.
Con ternura.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Estoy asombrado con ud hermana si nos hubiéramos concido de pequeños uffff yo era así, justamente así como ud.
ResponderEliminarEstuvo perdida tres días pero si le hubiran preguntado por ello bien podría haber contestado perfectamete aquello de:
"¿ES QUE NO SABÍAIS QUE ESTOY OCUPADA EN LAS COSAS DE MI PADRE?"
Igual que nuestro Divino Maestro.
Disfruté mucho de leerte Sor Cecilia!! Te envío todo mi cariño hermanita!
ResponderEliminarjajja sí que me hizo reír, muchas gracias por compartirlo! En mi caso, me asustaban con unos personajes que andaban en zancos durante el verano haciendo publicidad de algún circo (todavía hoy están por ahí)...como yo comía poco, me decían que esos eran los "hueseros"...que venían a buscar a los chicos que no querían comer, para comérselos hasta los huesos! horrible, no? jajja, (ahora me río...) pero no podía hacerlos desaparecer como a su maleta! Un abrazo grande,
ResponderEliminarSusana
Sor.Cecilia la verdad es que tiene que ser triste vivir en una cárcel perdido de la libertad.
ResponderEliminarUn cordial saludo de…
Abstracción textos y Reflexión.
Los adultos no somos conscientes de como reciben los niños nuestros mensajes y, a veces,nos pasamos.
ResponderEliminarNo quiero pensar en los tres dias que pasarían sus padres cuando se perdió. Ahí si que sería realidad eso de que ser padre es estar deseando abrazar y estrangular a tu hijo a la vez
Mi suegra la definiría de niña como " un hueso irroible", debía tener a su familia de sobresalto en sobresalto.
Un abrazo
Sor Cecilia nos ha hecho sonreir al principio de este fin de semana.
ResponderEliminarTraviesa, muy simpática y con un profundo toque de Amor de Dios, resultado de haber quemado aquella dichosa maleta y ser LIBRE.
Es el mayor tesoro que tenemos los humanos para valorarnos sin que Dios SE PUEDA INMISCIUR EN NUESTROS ASUNTOS.
¿HAY MAYOR LIBERTAD QUE ESA PARA DESCIFRAR NUESTRO AMOR POR ÉL?^.
Un respetuoso y gran abrazo Sor Cecilia.
Quise decir inmiscuir
ResponderEliminarPero bueno, subir a un tejado no es dificil...pero una moto en marcha...reconozco que la soledad es buena aliada para inventar entretenerse con lo que sea, hasta irse al río cuando esta prohibido, caerse y llenarse de barro el mismo dia que estrena el bestido que le ha hecho su madre con sus propias manos, para mi no hubo abrazos, reprimenda y gorda.
ResponderEliminarLos niños niños son pero unos más trviesos que otros.
Un abrazo en el Señor.
Ambar.
Me he divertido leyendo esta entrada. Me encantan sus aventuras, Sor Cecilia.
ResponderEliminarMi agradecimiento y mi abrazo.
Gracias, Cecilia, por sus "travesuras" infantiles. Es bueno recuperar nuestro niño interior y darle también "su voz y su voto". Esa niña que fuimos, como la suya -traviesa ¡vaya que sí!-nunca muere. Un abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminar*Por cierto, en el post que puse de la película "la última cima" un comentario de un anónimo iba dirigido a usted, explicándole cómo hacerse con la cinta. A ver si hay suerte...y me cuenta. Un abrazo
jejejejejeje, que historia tan bonita. Una pregunta hermana: ¿usted es la que conduce la furgoneta de las hermanas cuando van a hacer la compra? porque válgame Dios!!!, jajajajaja. Es broma, al ser de Clausura me imagino que no salen a esas cosas. Ahora una pregunta seria ¿cómo hacen las cosas del mundo, como por ejemplo, la compra, las revisiones médicas, etc? Que Dios la bendiga siempre.
ResponderEliminarSOR CECILIA:
ResponderEliminarYo de pequeña, a veces mi madre también me decia:-NENA QUE ET PORTARÉ A L´HOSPICI.
O-VINDRÁ L´HOME DEL SAC I S´ET EMPORTARÁ.
Son cosas de nuestra generación.
Y que simpática eres. Nos haces reir.
Y es que la risa, también hace milagros.
Una abraçada germana.
En la vida es bueno quemar la maleta de vez en cuando. Y en la vida espiritual todo aquello que nos da miedo. Y abandonarnos en las manos de Dios.
ResponderEliminar¡Qué Bellvitge aquél, campos de cultivo y no los mazacotes de casas y hospitales de ahora...!Un abrazo: Joan Josep
esa maleta era para que fuera más buena niña de lo que lo era ...aqui esta el resultado...una monjita.
ResponderEliminarvine a estar mas cerca.
un abrazo Sor Cecilia
Marina
Me has hecho reir y mucho Sor Cecilia. Tu sí que has sabido ser una niña traviesa, lo importante, ...hoy lo recuerdas con humor y lo agradeces.
ResponderEliminarBesosssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
Sor Cecilia, me has hecho reir de veras, fuiste una niña tremenda!
ResponderEliminarGracias por compartir estos recuerdos con nosotros.Un abrazo
Querida monjiña: La verdad que me enerva cuando leo que una abuela , madre etc.etc. amenazaba
ResponderEliminarcon esos miedos que sumian a los niñ@s a un descontrol emocional. Nos hemos pasado de esa costumbre a la permisividad a doble ración; tanto una como la otra son un gran defecto educativo. Los niños que se le habla con el corazón, responden la cordura apostando siempre por el cariño y comprensión.
Un abraciño cariñoso,
Rosa María
Sor Cecilia me ha echo reir mucho, su historia pero la verdad es un texto para la reflexión.
ResponderEliminarEs muy malo estar en un colegio interna yo lo estuve durante un año y fue horroble tenia 8 años cuando mis padres me internaron alli, veia a mis padres cada tres meses cuando iba a donde estaba mi padre destinado, iba siempre llena de piojos ese año fue el peor de mi vida, preferia criar niños al estar lejos de los mios.
Un beso hermana.
Hola, usted también me llena de Alegría. Una hermana de clausura que comparte sus experiencias y pensamientos con quienes estamos de este lado y que tanto les necesitamos. Por aqui andaré también, que la Alegría de Jesús esté con usted!.
ResponderEliminarSor Cecilia,como bien dicen sus lectores es para reflexionar lo que usted cuenta.
ResponderEliminarle deseo un buen fin de semana.
Tenemos en común una infancia llena de travesuras y es que yo también he sido siempre un espíritu inquieto, incapaz de aceptar las prohibiciones a la primera lo que me acarreo en aquel entonces más de una reprimenda de las de cinturón de dos agujeros y de más de un severo castigo.
ResponderEliminarLas travesuras cuando son recordadas siempre arrancan de nuestros labios una sonrisa que añora tiempos más inocentes en los que veíamos la vida y las cosas de la forma que solo un niño las puede ver, una vida sin maldad y con muchas cosas por descubrir.
Me parece muy buena idea recordar esos tiempos, pues es recordar que todavía hay en el mundo millones de personitas que la ven de la misma forma que la veíamos nosotros y que no entienden como a su alrededor pueden suceder atrocidades como guerras, hambre y muertes sin sentido, o como hay en muchos sitios niños como ellos que no tienen la oportunidad de poder vivir su infancia que son obligados a madurar de golpe por la dureza de las circunstancias.
Así que como te decía, me gusta la perspectiva y el enfoque del blog.
Un abrazo.
sor Cecilia ,me ha hecho mucha gracia su historia ,muy cercana a la mia llonno tenia maleta ,un pañuelo de cuadreos marronesy con un palo ,me ponian ropa y me mandavan por el mundo ,pero una vez tambien les di un susto a mis padres y me encondi detras de unas obras pues cogieron tal susto mis padres que no me la volvieron hacer mas ,jajajaque parecida tenemos la historia.un beso joana
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