Tenía yo 10 años, porque hasta esa edad fui al colegio Nacional del barrio, y siempre al salir y a veces al entrar ya me esperaban un grupo de chiquillos algo más mayores que yo, éstos me insultaban diciéndome:«Bomba H, gorda, foca, fati etc.», ¡claro! a mi me sentaba fatal tales adjetivos y como no podía responderles porque me sentía impotente, determiné hacerles la guerra.
Un día mi abuela me vio como desde la puerta de la entrada pasando por el recibidor, y el comedor iba corriendo con la cartera del colegio hasta el fondo de la huerta y regresaba otra vez corriendo todo lo que podida, y me ponía en el trayecto cajas de cartón, cubos, troncos de los árboles podados a lo lago de forma que en lugar de saltarlos tuviese que hacer un ruedo, una curva algo cerrada semejante a la esquina de una calle.
Este entrenamiento me duraba 45’ cada día, y como estaba gordita terminaba muy cansada, no obstante el afán de plantarles cara me estimulaba a mi entrenamiento de forma constante segura de mi victoria si tenía previstos todos los contratiempos.
Mi mamá intrigada, le pregunta a la abuela... ¿Mamá qué hace la niña que se pasa horas arriba y debajo de la casa, corriendo con la cartera del cole? Efectivamente, mi yaya, guardó el secreto hasta las tres de la tarde en la que iba para el colegio.
Mi abuela hizo ir a mi madre a espiarme por la ventana de mi habitación que daba vista de la calle por donde yo tenía que hacer la curva de la acera.
Al salir de casa ya me esperaba la banda de chicos y así que empezaban a insultarme, con la cartera y todas mis fuerzas les golpeaba en el lugar más sensible para ellos, nadie sabía ni mi abuela que en la cartera no habían sólo lápices, guardaba en ellas grandes piedras para asestarles con un sólo golpe, lo merecido.
De ahí mi entrenamiento, después de golpearles tenía que correr con aquel peso en la cartera, hacer la curva de la esquina lo más posiblemente cerrada para ganar tiempo y escurrirme de su persecución, y así llegaba a la escuela, roja como un tomate y muy tensa, porque hacer daño no me agradaba, pero me dispuse a hacerlo después de pensarlo muchos días.-
Y los chicos, por fin dejaron de insultarme, más aún hice amistad con ellos ya que un día los encontré y les dije si ya habíamos terminado la guerra, podíamos ser amigos. Creo que no tuvieron más remedio que aceptar. ¿Quién se podía negar a mis deseos?
Siempre he preferido jugar con los niños que con las niñas, las niñas me resultaban «ñonas», siempre jugando a papás y mamás, reproduciendo lo que vivían en sus casas, y a mi no me gustaba contar lo que pasaba en la mía, en cambio los chicos, siempre más activos y con más imaginación, me sentía muy feliz, claro…guarden mi secreto…para jugar con ellos , me escapaba de casa poniendo un hilo de seda de los de pescar en pestillo de la puerta de la calle de forma que podía abrir y cerrarla sin que se diera cuenta mi feroz abuela.
Deseo que se hayan sonreído si no más divertido con mi entrenamiento.
¿Como ven, también era una niña traviesa?, ¡eso sí! En defensa propia
Con ternura.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
...y bien que me has hecho sonreir, Sor Cecilia eres un cielo! me has alegrado la noche con esto que cuentas y viendo que has vuelto a escribir.Un abrazo
ResponderEliminarHay veces que no queda más remedio que hacer cosas de este tipo, y que Dios me perdone si me excedo.
ResponderEliminarMuy bonito y muy buena entrada.
ResponderEliminarCon cariño,
Noemí.
Jajajaja Sor Cecilia, que buena entrada.
ResponderEliminarEs normal todos hemos echos travesuras, yo poca por mis ciscustancias de mama criando hermanos pero alguna tambien he echo.
Un dia mi madre se subio a blanquear las vigas del tejado en Almeria y yo estaba cuidando de mi hermana C que estaba en la cuna y por aquel entonces a los niños cuando lloraban se les mojaba el chupete en leche condensada, y claro mi hermana tenia la cara un poco con leche, mira por donde mi madre se resbalo y cayo encima de la niña ese dia me lleve mas palos que una estera la niña tenia junto con la leche tierra la pobre en la cara.
Un abrazo
Sí que he sonreído...!! muchas gracias por compartirlo, se ve que ya de chiquita era "de armas tomar"....
ResponderEliminarMuchas bendiciones,
con cariño
Susana
Me rio muchísimo con estos post sobre tu infancia, mira que eras rebelde!!! Je,je,je...Un fuerte abrazo y que sigas con ese ánimo.
ResponderEliminarSor Cecilia, ¡qué arte más grande! Ya me imagino a una niña entrenando a lo Rambo para combatir a los malos. Lo mejor es que les ganó, jajaja. Buena enseñanza para la vida: Entrenar y estar preparados pare el ataque del enemigo, y cuando vayamos ganando en destreza, usar las armas de las que disponemos, las que Dios nos haya dado y, "en defensa propia" intentar ganar una batalla y otra.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir sus aventuras.
Que el Señor la bendiga.
Un abrazo
Ha sido un placer leer el post de hoy y además yo también jugaba con chicos ya que durante la semana estaba en el colegio externa y sólo salía los sabadoa...como sólo tenía un hermano y yo jugaba con él y sus amigos a pelota y mi abuelita decía eres un chicazo,pero es quevmi hermano a muñecas y cocinitas no queria jugar.
ResponderEliminarun abrazo Sor Cecilia.
Marina
Claro que si, hay que defenderse. Muy buena su defensa con entrenamiento y todo jajaja.
ResponderEliminarBuenos días y feliz día de San Antonio de Padua, asi que al fin y al cabo todos hemos sido niños...pues no se hable más guardaré el secreto, no dire a nadie, lo del hilo de pescar.
ResponderEliminarMuy interesante la historia de su niñez.
Un abrazo en el Señor.
Ambar.
Un buen relato con chispa infantil. Mostró, Sor Cecilia, su ingenio para hacer frente a los hostigamientos que en esa edad todos hemos padecido, y salir airosa y triunfante. No hay que abatirse nunca. Y hoy domingo, la sonrisa de la primavera nos ilumina con acordes primaverales; para salir al campo, ir a la playa o leer un buen libro.... o escribir en el blog.
ResponderEliminarAfectuosamente,
Luis.
Me he reido mucho con las andanzas de aquella niña que supo dar, y conforme a su edad, una lección a aquellos niños que haciendo piña, como a veces hacemos los mayores, se mofaban y humillaban a un semejante.
ResponderEliminarMuy estimada Sor Cecilia, muchas gracias por su visita del otro día y sobre todo gracias por ser IGLESIA.
Un respetuoso abrazo. Armando.
Pero por Dios, hija... piedras? A pesar de la barbarie infantil me ha hecho reir. Ya que saca trapitos al aire, cuando yo era pequeña me ponía a jugar con químicos (era intelectualmente precoz) y hacía capsulitas con azufre (y otros compuestos) para hacer "bombas químicas" contra mis hermanos y los que se metieran conmigo! En alguna ocasión mi madre me reclamó "QUE HACES!!??" cuando mis eexperimentos fallaban y "perfumaba" la casa.
ResponderEliminarLo que hace el poder de Dios en cambiar una persona...
Sor.Cecilia feliz día de San Antonio bonito relato.
ResponderEliminarUn cordial saludo de…
Abstracción textos y Reflexión.
Entro para enviarle un saludo y manifestarle mi oración continua por sus intenciones, y para que el señor la ilumine siempre para ayudar a tanta gente como lo hace.
ResponderEliminarUn saludo fraternal
¡Ay Hermanita de niñas no hubiesemos sido amigas... a mí me encantaba jugar a la mamá!... jaja
ResponderEliminarMás bueno, ahora sí somos amigas. ¡Qué bendición!
Gracias por la ternura del relato y despertar la niña dormida en mi corazón... Como una película pasan por mi mente recuerdos felices de mi no tan lejana niñez... sshhhh...
¡Feliz Domingo!
La quiero mucho
♥Alicia
Los recursos de supervivencia son sinónimo de inteligencia; así que monjiña cibernética no es pecado hacer como nos hacen. ¡Bravo! La vida es un constante aprendizaje incluso en situaciones bélicas.
ResponderEliminarUn saludiño cariñoso,
Rosa María
DOS COSA MADRE:
ResponderEliminar1º-Envíeme de nuevo su correo que lo he borrado sin querer haciendo limpieza.
2º-Lea esto madre:
www.es.catholic.net/sectasapologeticayconversos/574/1443/articulo.php?id=45839
BUENAS NOCHES, ME VOY A LA CAMA SONRIENDO DESPUÉS DE LEER ESTE RELATO.
ResponderEliminarBONA NIT I BONA HORA, FINS DEMÁ SI DEU VOL, Montserrat
Y YO QUE CREÍ QUE EL ENTRENAMIENTO ERA PARA BAJAR DE PESO, JAJAJA
ResponderEliminarMUY BUENA APORREADURA SE LLEVARÍAN ESOS "MALVADOS"
ESTIMADA HERMANA, NUESTROS ERRORES, NOS MUESTRAN LA BELLEZA DE LA PERFECCIÓN.
DEJO MI SALUDO DE PAZ ESTIMADA SOR
Los niños tienden a ser muy crueles; pero al fin y al cabo son niños. Pero lo de las piedras era muy buena idea!!
ResponderEliminarPaz y bien.
Un saludo.