Todos los domingos después de ir a la Santa Misa, mamá me llevaba con ella a visitar los enfermos del barrio, los más pobres y a aquellos que vivían la soledad de su vejez alejados de los suyos.
Recuerdo que las primeras veces, al entrar en la primera vivienda, me quedaba muy impresionada, eran casitas muy pequeñas con su jardín diminuto, las paredes de las eran blancas como las típicas casas de la costa.
El primer contacto fue con un anciano que le faltaba un pie, debido a la diabetes. Hombre de aspecto sereno, educado y agradecido, no cesaba de decirle a mi mamá que tenía una hija muy bonita. Por aquel entonces ya tenía mucha vergüenza cuando me decían que era una niña con ojitos de mar.
Mientras mamá, lo lavaba un poco y lo afeitaba, yo levantaba la cama y sacudía la ropa para volver a hacer la cama. Después le preparábamos un desayuno ligero, café-malta con un poco de leche y pan duro. Y así pasábamos la mañana del domingo, curando las escaras de los enfermos que no se levantaban de la cama, lavándoles su ropita y un poco de compañía.
De esa época me quedó un sabor amargo. Vivía en un barrio donde se daban los dos extremos los muy ricos y los marginados, porque estos, como ya vivían fuera de los pisos de nueva construcción se habían quedado marginados del núcleo de la ciudad. Me costaba compaginar tanta soledad como vi en sus caras, tanta añoranza de sus hijos, de las esposas o esposos que ya no tenían a su lado, añoranza de ser tenidos en cuenta en la pequeña comunidad del barrio, por eso sentía un inmenso dolor cada domingo en acompañar a mi madre, porque sólo les podíamos dar un puñado de felicidad en un breve tiempo; luego, volvían a quedarse solos con la radio de galena y quizás algunos gritos de discusión de la vecina.
Un día mamá que conocía profundamente como eran esos ojitos de su niña me pregunto: ¿Qué te pasa Teti, que cada domingo te cuesta más de venir a ayudarme? Yo no podía ocultarle a mi madre mis sentimientos y irrumpí con grandes sollozos, mamá me abrazó mientras me iba meciendo entre sus brazos y con aquella ternura tan singular que mi madre tenía, consiguió le hablara de mi gran pena.
Mamá, estoy triste porque somos pocos para hacer estas obras de misericordia y la iglesia se llena de fieles
¿Dónde están, por qué no vienen a ayudarnos? Mamá intentó explicarme que el evangelio no era fácil de realizar con constancia, porque al principio se habían apuntado muchos y al final quedábamos solas las dos.
Estuvimos hablando un buen rato, pero no me convencía, mamá todo lo disculpaba y al contrario, yo le buscaba la punta y la razón.
Como era en mi habitual, cada día me retiraba en soledad para estar con Dios, ahora ya no tenía mi cabaña, la abuela consiguió que papá la quitara, así que mi refugio, fue el gallinero ¡Y que bien estaba yo allí, solita con mis pensamientos puestos el mi Padre del cielo esperando una luz para solucionar esa soledad de aquellos ancianos condenados a vivir marginados del barrio y del amor de familia.
Y vino la solución. En la parroquia teníamos reuniones (utreas) para jóvenes y adultos, allí tenía muchas amigas y amigos, era una amistad sincera y limpia; así que les propuse: ¿Chicos, queréis ayudare un rato los domingos?, a qué casi a coro algunos dijeron; bueno ya era un buen principio y me hice un poquitín la misteriosa.
Pues a…«Obras de misericordia al estilo de Jesús», no pensaba yo que mi propuesta tuviese interés y me vi en unos minutos cosida a preguntas.
No tarde en desarrollar el plan de la misericordia. Distribuimos en parejas de chico-chica para ir a atender a mis amigos de la soledad. Se formaron tres parejas y poco a poco se fueron sumando otros, que no querían quedarse al margen de sus amigos. Los chicos se ocupaban de asear y afeitar a los hombres y las chicas hacían el resto, fue una experiencia muy bonita, que duro casi 1 año, ya que el ayuntamiento deternimó eliminar ese barrio marginal y los ancianos trasladarlos a centros residenciales.
*Obras de misericordia, ¿no les entran deseos de hacer planes para llevar ese empeño al estilo de Jesús?
*¿Cuantos niños de hoy saben lo que es la misericordia?
*¿Por qué esa palabra no es conocida por nuestra juventud?
• *¿A caso ya no está en uso en nuestro ambiente?
Les dejo estas preguntas, creo que vale la pena meditarlas, tenemos que hablar en nuestros ambientes de Dios, del evangelio y de obrar en misericordia ya en nuestros hogares.
Todo se lo debo a mi madre que siempre me enseñó a amarlas y hacerlas
Con ternura
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
AL LEER SUS HISTORIAS DE VIDA, HERMANA, VEO QUE USTED ES EL RESULTADO DEL AMOR DE SU MADRE, QUE AMOROSAMENTE, LE MOSTRÓ EL DOLOR DE LOS QUE SUFREN, ELLA FUE MOLDEANDO SU CORAZÓN DE NIÑA, Y USTED ES SU COSECHA, ABUNDANTE, POR CIERTO.
ResponderEliminarLA ABRAZO HERMANA EN LA PAZ
Muy Sra mía: usted ha publicado este comentario y la verdad que ma parece altamente desafortunado.
ResponderEliminarMonja de Clausura Orden de Predicadores dijo...
Mi estimado Martín: Como bien sabes yo de política poco, pero se lo que vivimos,como en cierta ocasión te dije, eso de ser político es una mala profesión, a nadie satisface, pero este gobierno del cual nos toca vivir sus errores, no creo que sobreviva mucho tiempo. No podemos vivir toda la vida en crisis, ni debemos.
Con ternura.
Sor.Cecilia
El gobierno PSOE, porsupuesto que no va a durar toda la vida como en los tiempos de la dictadura que hemos aguantado 40 años de precariedad y libertad. Pero ya que usted bien dice no sabe mucho de politica, no le voy a recliminar tanpoco mucho. Mire sor, este gobierno no es el ejecutor de la crisis, este mal pandémico en mundial, y España tambien forma parte del mundo ¿sabe? por lo tanto no ibamos a ser los tocaditos por la fortuna de no vivir las consucuencias negativas de la susodicha crisis económica-mundial. Me perece que parte de la iglesia no progresiva, tiene como costumbre echar las culpas al gobierno, cuando la iglesia tiene muchos, pero muchos pecados de todos los colores, por lo tanto deben de preocuñarse por limpiar sus culpas y después tirar perdigones a un gobierno que recibe al papa con honores y nunca se han visto desdechados. Ustedes los que profesan el catolicismo, deben de pedir responsabilidades a los que abortan, violan a niños y otros menesteres. Ya que la ley del aborto está ahí, pero no obligan a ejercela. Se debe de ser consecuente y sepa usted que son muchos los católicos que dicen n o al aborto, pero despues si les toca tener que usar esta ley, no le ponen mala cara, a eso señora se le llama oportunismo, y como le digo son muchos los católicos que están usando esta tan criticada ley. Debemos ser consecuentes con lo que somos y lo que pretendemos aparentar.
Un saludo de una católica cansada de tanto cinismo.
Manuela Carmona Leal
15 de junio de 2010 00:22
Hermana puede que la llamen "voluntarista" por hablar de la misercorida.
ResponderEliminarYo sé de donde viene la misericordia, yo la saco de una caja dorada donde yo creo que Jesús vive, es en una caja dorada como una caja de galletas familiar o así, se le llama Sagrario en mi parroquia.
Yo me paso por allí todos los días y siempre tengo algo que pedir y algo por lo que dar las gracias.
Jesús es tan bueno que hasta me da a entender cuando excepcionalmente no me da algo para que yo no dude de que me escuchó.
La caja, Sagrario no tiene botones, aunque al lado si que hay una rendija para echar las monedas que uno quiera limosnas pone en un cartel, no hay precio fijo como en las máquinas de café. Y debe de ser una máquina muy moderna porque como digo no tiene botones, con mi voz, incluso con el pensamiento Dios que està dentro de esa caja dorada que llaman Sagrario me oye y me hace incluso caso.
Palabrita del niño Jesús que es verdad lo que digo.
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ResponderEliminarEsto dice Jesús a Santa Faustina sobre la Misericordia:
ResponderEliminar"Hija mía si es que Yo reclamo a la gente, a través tuyo la devoción de Mi Misericordia, debes ser tú la primera en distinguirte en esta confianza en Mi Misericordia. Yo EXIJO de ti ACTOS DE MISERICORDIA, que deben realizarse por amor a Mí. Tú debes mostrar MISERICORDIA a tu prójimo siempre y en todas partes. No debes acobardarte ante esto o tratar de excusarte o de dispensarte de esto. Te estoy dando tres medios de ejercitar misericordia con tu prójimo: el primero por OBRA, el segundo de PALABRA, y el tercero por la ORACIÓN. En estos tres grados está contenida la totalidad de la misericordia y es una prueba de tu amor por Mí. Por estos medios una alma glorifica y da tributo a Mi Misericordia... Todo esto como un recordatorio de la URGENCIA de Mi MISERICORDIA, PORQUE AÚN LA FE MÁS FUERTE, SIN OBRAS NO TIENE VALOR"
(nº742)Cuaderno S.Faustina.
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Insisto una vez más: FE+OBRAS=SALVACIÓN o lo que es lo mismo: FE=OBRAS=SALVACIÓN.
Los que se creen salvados solos por la fe son los protestantes y los que se creen salvados solo por las obras los voluntaristas.
Hoy día mucho católico mal informado-formado habla de la gratuidad de la salvación olvidándose de las Obras de caridad que son tan imprescindibles como la misma fe.
Me viene con este gran relato un sentimiento que Jesús experimntó, cuando invitó a seguirle al joven rico, éste se marchó triste, sin la fuerza de ir tras Jesús, porque estaba atado a muchas cosas, así sucede muchas veces. Nos levantamos en nombre de la injusticia e insolidaridad y luego nos volvemos sin haber movido un pie al darnos cuenta de que nos quita algunas cosas. Uno tiene que conocer profundamente a Jesús, para ello hay que leer los evangelios y dejarse envolver por El, así iremos dejando todo aquello que nos impide verle, en los demás. Feliz día
ResponderEliminarBON DIA SOR CECILIA:
ResponderEliminarEs muy bello lo que hicistes, siendo una jovencita.
Me has hecho recordar las Obras de Misericordia, que nos enseñaron en el Catecismo.
Yo las resumo en el Mensaje de Jesús:
-Amaos los unos a los otros, como yo os he amado.-
Para mi la Caridad y el Amor al Prójimo es la Manifestación de Cristo en la Tierra.
Oremos, para que este mundo sea más solidario.
PAZ Y BIEN. UNA ABRAÇADA, Montserrat
Su relato, Sor Cecilia, es muy conmovedor. Afectivo y que nos llega al corazón.
ResponderEliminarAfectuosamente,
Luis.
Muy bonito hermana, como las historias de todos los dias. Me gusta reflexionar con sus mensajes.
ResponderEliminarUsted era una niña encantadora, donde su madre sembró y sembró y la semilla cayó en tierra buena, no en piedras y por eso dió su fruto.
Gracias hermana porque sus palabras me llegan al fondo del corazón y me conmueven, me hacen pensar y me entran deseos muy grandes de ser cada día mas buena, aunque estos deseos me duren solo el tiempo del pensamiento.
Cuantas Madre Teresas, hay por el mundo!!!. Como decía ella "Señor que mis palabras sean tu luz que iluminan el camino, pero que no sean mérito mío sino tuyo".
Un abrazo hermana.
Hay un vocablo que debería ser emblema de todos:Solidaridad. Y nace de la persona, como acción humanitaria. Allá donde esté. Sin fronteras. Y creo que debe estar presente en nuestras obras cada día, como el Sol que nos ilumina y nos da vida y calor.
ResponderEliminarAfectuosamente,
Luis.
buenos dias Sor Cecilia ...muy bonito y muy humano su relato...pero ya ve como algunos piensan y no quisiera que con sus comentarios la dañaran en el corazón tan blanco como la azucena ...pasa que no se puede pensar en todas las direcciones igual...es asi que todos somos dignos para la casa del Señor.
ResponderEliminarmuy agradecida siempre de su visita a mi blog poetico y a las bellas palabras que en los comentarios me escribe...como Decoradora me da hasta por decorar unos viejos barcos en mis poesias.
un abrazo
Marina
Sor Cecilia, me ha recordado a mi adolescencia, pertenecí unos años a la Legión de María y una de las obras que se hacían era acompañar a los ancianos solos del barrio o de distintas residencias, acompañar a los niños hospitalizados...poner un poquito de amor en las vidas de quien más lo estaban pidiendo a gritos con su soledad y su silencio....y nunca di tanto como recibí, nada más ver la luz en la mirada de quien nos veía llegar para compartir aunque fuera solo un ratito ya era una dicha para el alma...
ResponderEliminarY ahora , si me permites...para el Anónimo de arriba:
Sr. o SRA, solo una cosita ¿usted esta seguro, pero seguro seguro de que es católico?.
Un abrazo Sor Cecilia.
Esto es más que solidaridad... es CARIDAD es decir solidaridad con valor añadido, con AMOR.
ResponderEliminarSiempre me gustan sus anecdotas vividas y siempre le doy las gracias por compartirlas y enriquecernos, pero hoy además lo hago por su mesura, criterio y buen sentido, ya que esa "política torera" del pase de pecho..., jajaja, me parece de lo más acertada. OLÉ.
SALUDOS.
Las enseñanzas que deja una madre con su ejemplo, duran toda la vida. Qué bonito relato. Imagino que hoy sigue habiendo familias que procuran enseñar a sus hijos las obras de Misericordia, aunque el ambiente ayude poco. Un abrazo!
ResponderEliminarAmiga monjiña: La vida es un aprendizaje desde la más tierna infancia. Antaño los padres impartían valores a sus hijos y los hacían conocedores de ciertas penas aunque en sus hogares no era así. Los padres deben de inculcal a sus hijos a que ellos son unos priviligiados, pero que no todos los niños pueden gozar de ese bienestar y confort; ahí entra la educación de repartir y dar. Pero las leyes del consumismo, nos metió en las aguas turbias de que cada "cirio aguante su llama ". Y, no me digan esa palabra tan manida"; Yo quiero que mis hijos tengan lo que yo no he tenido" ¿A que se refieren? coche o moto para ir a la universidad, dinero para salir desde el viernes al domingo, y a la hora de echar una mano a la abuela incapacitada o a mamá o a papá... eso ni mencionar, y menos colaborar. Yo sigo pensando que la educación-moral de antaño era ejemplar, hoy... ustedes sopesen... por sus obras los conoceréis.
ResponderEliminarBravo por la educación humana cristiana que te ha dado tu madre.
Un saludiño cariñoso,
Rosa María
Los jóvenes han sido, son y serán generosos. Hoy hay más de los que creemos que colaboran en ONG, dedican su tiempo a niños en esplais de niños deficientes...etc.etc. Algunos porque tienen la suerte, como la tuvimos nosotros de ver el ejemplo de nuestros padres. Otros porque son sensibles al dolor ajeno. No todo son botellones...Ciertamente es muy importante lo que se ve en casa, lo que se vive en nuestros padres...Gracias por contarnos sus experiencias. Un abrazo: Joan Josep
ResponderEliminarbuenas tardes ...desde aquí una oración ...se reza con más devoción
ResponderEliminarun abrazo
Marina
Hola Sor Cecilia!!!Hermana del corazon!!Me uno al comentario que te ha hecho Montserrat....
ResponderEliminarPor que sera que las obras buenas no hacen "ruido"?, se habla y se conoce todo lo "malo " que hacen las personas, pero lo bueno se hace en silencio....gracias por tus enseñanzas!!
PD.Que mal me parece cuando las personas se ocultan en el anonimato para hacer comentarios, por aqui respetamos las opiniones aunque no las compartamos , no tengas miedo, no hace falta que te ocultes para expresar tu opinion, Un abrazo fraterno para tod@s y un petó per tu germaneta.
no tengo el enlace del blog pera hacerle la visita ...un abrazo y me alegro y deseo verlo..yo tengo aqui en mi estante una monjita a la que tengo gran devoción .
ResponderEliminarun abrazo Sor Cecilia
Marina
La gran suerte que hemos tenido usted y yo con nuetros padres, que vivieron su fe a pesar de todos los desacertados infortunios que dentro de la iglesia existían en aquella época,vienen a dar como resultado, a mi pobre entender, la desilusión con que esos padres no supieron dar a sus hijos la fe que, por unas causas u otras les fue arrebatada, dormida, sin ejemplarizar, en muchos de los casos.Eran los años 40,50 y 60.
ResponderEliminarSu madre,al igual que la mia, gracias a Dios, nos supieron inculcar los valores y sobre todo el ejemplo de vivir el Evangelio y con referencia al texto que nos ha brindado hoy, nunca mejor dichas las palabras de Jesús:"MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIOS"
Yo doy mi voto de confianza por los jovenes, con los cuales he estado catorce años en mi parroquia como monitor de Confirmación.Por lo que he referido antes, están en su mayoría muy desconcertados y ávidos de impregnarse de Dios......
Como iglesia, gracias a Dios hemos ido cambiando, aunque en mi humilde opinión, debemos mojarnos más y dejarnos de tanto escaparatismo y cristianos de sacristía, que lo único que hacen es entorpecer las enseñanzas de Jesucristoy haciendo capillitas dentro de la Iglesia Universal.
En mi más ferviente deseo y en la libertad de poder contribuir a la edificación del Reino de Dios.
Como siempre Sor Cecilia, mi más profundo y respetuoso saludo. Armando.
¡Qué hermoso recuerdo, Hermana!. Su madre modeló su corazón de niña, deseoso de amar pero lleno también de dudas y miedos infantiles, y lo hizo con su ejemplo y acompañamiento. Gracias por recordarnos a los padres de hoy que el mejor regalo que podemos hacer a nuestros hijos es educarles en el amor, la caridad y la generosidad. Un abrazo.
ResponderEliminarHola como me gusta leer sus escritos porque están muy bien escritos y por que los temas nos hacen pensar en cosas y problemas de la vida. Saludos
ResponderEliminarMuy estimada Sor Cecilia.
ResponderEliminarComo miembro seglar de la Iglesia de Cristo, siento profundamente las palabras dirigidas en su contra por esas personas del segundo y cuarto comentario, porque quizás no entiendan que la verdadera libertad comienza por el respeto, y el respeto, es el resultado de la entrega hacia los demás, o sea, el amor.
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ResponderEliminarQuerida hermana Sor Cecilia yo intento hacer obras de misericordia todo los dias.
ResponderEliminarMi hijo el que vive en Viena cuando empezo la universidad vio un cartel donde se necesitaban personas para ir a los hopitales y estuvo muchos años yendo a el hospital universitario La Paz en madrid, a la zona de hemodialixis infantil a enseñarles a leer y contarles cuentos, lo pasaba muy mal pero el no falto ningun dia, alli hizo el voluntariado de la mili, el decia que ir al ejercito eso no valia para nada, cosa que le costo algun enfado con su abuelo, pero el no le guardo nuca rencor.
Un abrazo hermana
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ResponderEliminarSor Cecilia: No me gustó que usted borrara mi respuesta al sr. Armando, dado que da la impresión que yo he faltado a usted y al Sr. Armando. Le ruego que tiene que ser usted un poco más equitativa y no obrar tan drasticamente, porque yo he partido de un comentario muy humano y con mucho respeto a un sr. que hacia un valor equívoco de mi comentario hacia usted. La caridad también se usa en estos momentos.
ResponderEliminarUn saludo con todo mi respeto. Manuela Carmona Leal
Al mismo tiempo quiero decirle al Sr. Armando que agradezco quede este tema aclarado por su parte y la mia.
Benvolguda Ceci:
ResponderEliminarDespués de leer tantos comentarios a tu entrada ya casi no me acuerdo qué debía comentarte
¡Ah, sí!
El más amado, el más joven
Y no haré más comentario
(por hoy, claro)
En el Amigo, Al + Mc
Hola flor del ALtísimo, tenemos varias cosas en común, nosotros depues de cantar en el coro en la misa de 12, visitabamos las residencias de los ancianos haciéndoles compañia y mirando las posibilidades de hacer alguna obra de teatro, pues sus necesidades estaban cubiertas por el personal de las residencias.
ResponderEliminarY los Domingos por la tarde el centro mixto formativo del Sagrado Corazón, o sea nuestro grupo de jóvenes les haciamos alguna pieza de teatro o les cantábamos jotas.
De esto ya hace mucho tiempo.
Lo más hermoso es lo felices que se les ve y la paz que siente uno dentro.
Un abrazo en el Señor.
Ambar.
Desearía que en mi espacio se respetase el tema que propongo y se abstengan de usar descalificativos o palabras poco agradables de ver escritas,
ResponderEliminarAsí mismo, los anónimos no son de mi agrado, máxime cuando su comentario no es el adecuado al tema propuesto.
En mi Blog, los comentaristas la mayor parte se conocen de otros blogs y se crea una amistad, que deseo pervalezca,
Gracias a todos por vuestro apoyo, esta casa quiero que sea de Dios.
«ESTOY A TU LADO»
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
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ResponderEliminarEn todos los sitios hay gente de todo tipo, pero usted ya lo sabe, y algunos encima se esconden.
ResponderEliminarQue bonito el relato, como todos los que escribe, que claro que nos hacen pensar. Gracias.