Cuando nos recogemos dentro de nosotros mismos para penetrar en el corazón de Dios y que él nos penetre, hay un tiempo de acomodación del cuerpo y del alma para ser receptores de una plegaria que nos hace entrar en la eternidad- por decirlo de alguna manera-, de esa eternidad que va más allá de tiempo y del espacio, de cualquier dimensión que el hombre pueda conocer.
Entonces en un modo paulatimo entendemos que «Para Dios mil años es como un día», (2pe 3,8) y el Señor no se retrasa en venir ya lo tienes en tu alcoba, nos parece que« Ya estamos tocando el fin de los siglos»(1Cor 10,11), y que «Él nos ha escogido antes de la creación del mundo» (Ef 1, 4)...Es que para todos los cristianos «El tiempo ya ha llegado al su final de la carrera y se percibe la llegada del reino, mucho antes de saborear la hermana muerte» (Mc 9,1 ).
Una determinada determinación en quedarse en oración pase o no pase el Señor , es la forma más certera que el Señor pasó, y se quedó, cuando al regresar a las actividades propias de nuestro trabajo, allí con el trato con nuestros hermanos, amigos o compañeros de trabajo, se deja notar la delicadeza del trato, una cálida sonrisa o algo tan sencillo como dar a los demás motivos de ser felices.
Con ternura.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Que Maravilla Sor Cecilia !!! es verdad yo lo noto, despué de estar orando en silencio , después de estar con Dios dejando que Dios me inunde ¡que paz! ¡que ganas de solo hacer el bien, de dulcificar la vida de los otros, de darse!.¡Que alegría haber encontrado este espacio y poder acercarse a Dios también a traves de el, muchas gracias Sor Cecilia!!!
ResponderEliminarTe cuento algo, tengo por costumbre rezar en la cama a la noche, termino mi oración invitando a Jesús a que descanse junto a nosotros. Bastante trabajo tiene, por lo menos mi intención de que descanse, le servirá.
ResponderEliminarBesos y muchos Sor Cecilia.
SOR CECILIA:
ResponderEliminarGracias, por este blog que nos acerca al Señor.
Es cierto que el orar nos ayuda a ser más felices y más amables. un abrazo, Montserrat
Cuanta verdad hay en sus palabras hermana.
ResponderEliminarCuando regreso del trabajo, camino a casa, suelo pasar un momento al Sagrario de mi Parroquia para visitar a mi Señor y darle las gracias, o pedirle fuerzas para enfrentar los problemas ajenos que debo resolver.
Y me encuentro con la sorpresa que me está esperando ansioso, para acompañarme a casa. Y lo traigo conmigo al hogar. Ya de noche, y en la cama hago mis oraciones sabiéndolo conmigo y en sus brazos me duermo.
Al despertar me brota la alabanza de saberlo mi Señor y vuelvo a buscarlo hasta saberlo a mi lado.
Gracias, Sor Cecilia:
ResponderEliminar¡Qué bien expresada la realidad de la oración contemplativa!
Gracias por tu testimonio. ¡El cielo nuevo y la tierra nueva se hacen como un poco presentes!
¡Feliz Pascua!
Mª Luisa
Siempre lo siento a mi lado, jamás lo sentí lejos por más que las adversidades se hayan presentado como a todos. Eso es la vida ¿no?. Alegrías y tristezas, pero el Señor jamás se apartó de mi lado.
ResponderEliminarGracias Sor Cecilia por tanto amor
Que Paz se siente aqui Sor Cecilia, yo a Dios recientemente lo siento muy cerquita, espero que no se vaya y seguire rezando por que se quede para siempre.
ResponderEliminarGracias mil!
¡Muy cierto y profundo, unidos en Él, orando uno por el otro, gracias por todo!
ResponderEliminarLA ORACIÓN ES LA FUERZA DEL ALMA POR LLEGAR A DIOS
ResponderEliminarTAMBIÉN CREO, ES LA VERDADERA COMUNIÓN DE LOS SANTOS, CUANDO ORAMOS TODOS ESTAMOS EN UN CORO COMÚN DE RUEGO Y ALABANZA.
HERMOSO SU ESCRITO SOROR, MUY INSPIRADOR
DEJO UN ABRAZO DE PAZ