Dios es el que sembró en lo más profundo de nuestra alma, el hambre y sed de Amor. Él sólo le ha dado este don al hombre para capacitarlo para amar y dejarse amar en reciprocidad. Ante Dios preséntanos nuestra nada, y él es nuestro Todo.
El hombre le ofrece por así decir su capacidad y Dios le aumenta el contenido y el continente de esa capacidad de dejarse amar para que entienda cómo él debe de aprender a saber amar.
Mientras tanto…vayamos caminando con paso firme, sencillo y humilde en esta misión del arte del «Amor».
Nada hay que cambiar de lo que somos, pero sí de lo que hacemos «Envidias, rencores, pereza, malgenio, superficialidad, egoísmos, impaciencias y un largo etc
El hombre le ofrece por así decir su capacidad y Dios le aumenta el contenido y el continente de esa capacidad de dejarse amar para que entienda cómo él debe de aprender a saber amar.
Mientras tanto…vayamos caminando con paso firme, sencillo y humilde en esta misión del arte del «Amor».
Nada hay que cambiar de lo que somos, pero sí de lo que hacemos «Envidias, rencores, pereza, malgenio, superficialidad, egoísmos, impaciencias y un largo etc
Sí Dios fue el que sembró en nuestra alma y el hambre y un deseo de amor, nos dará la luz para no ser más ciegos ante tanta misericordia recibida desde nuestro nacimiento en el seno de la Iglesia, cuando por el bautismo nos hicieron nuestros padres«Hijos de la Iglesia e hijos adoptivos de Dios por la Cruz de Cristo.
Entremos en su camino, buscando en el silencio del alma aprender de verdad a amar y dejarmos amar.
Ese pensamiento es para que no despreciemos las ocasiones de desear dejarnos amar, porque así como es más loable el que da, al que recibe, aquí, el que se deja recibir es más grande que el que da, ya que es bien cierto :«Dejarse hacer una caridad, aunque no la necesites, es de caridad aceptarla y agradecerla, a pesar que pueda ser para nosotros una molestia en luagr de una ayuda».
Sor.Cecilia Codina Masachs. P.O
Bella reflexión Sor Cecilia.
ResponderEliminarProcuraré ser un poquito mejor y ser menos egoista.
Una abraçada.Montserrat
Ciertamente la más delicada; pero no sé si la más deseada por el Padre.
ResponderEliminarComo tu sueles hacer en mi blog, así hago hoy en el tuyo: te dejo una entrada reciente. Perdona si es larga; que así lo sea de provechosa
En Jesús, los pecadores, esto es, los que para nada pueden sentirse “justos”, “puros”, o incluso pertenecer a ese “resto de Israel” que fielmente recuerda y celebra aquella primera pascua, los necesitados, –insisto– encuentran en Él un verdadero amigo, un hermano que les comprende.
Y que esto es así, Cristo lo pone de manifiesto en al menos tres parábolas consecutivas en Lucas: la oveja perdida, el dracma perdido y… el hermano perdido.
Pues la oveja, qué es sino un bien que Dios da y que el “pastor” ha de saber salvaguardar; y el dracma, qué sino un don que la “mujer” ha de saber administrar.
Mas con el hermano, lo anterior se queda en nada. Pues como el Padre es misericordioso, así se nos pide que sea nuestra relación con él. No podemos alegar su pecado para quedarnos fuera de lo que ha de venir a ser la Pascua Definitiva, escudados tras nuestra sobrada autosuficiencia
Dicen los entendidos que la parábola del “hijo pródigo” es de doble moraleja. Y como en todas ellas, la primera moraleja es menos importante que la segunda, verdadero núcleo de la enseñanza. Esto es, lo primero que se dice no es tan valioso como lo que se añade.
Recaed, ahora, en el evangelio:
“(…) deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado” (Lc 15, 31).
Más importante que la “resurrección” del hijo, es que Padre y hermano encuentren al que estaba perdido.
Dios Padre tenga misericordia también de nosotros por seguir negándonos a entrar en la Fiesta Pascual que el Padre nos ofrece por Cristo, modelo de hermano… ni mayor ni menor; pues en Él todos debemos reflejarnos.
Gracias HERMANA por el aporte que nos haces...
ResponderEliminarCuánto para reflexionar y reveer nuestras acciones. Gracias.
ResponderEliminarBesos y muchosssssssssssssssssssssssssssss
Cuanta verdad hay en esta reflexioón.
ResponderEliminarDejarse amar... recibir la ayuda de los demás... reccibircon el corazón lo que otro nos ofrece.
Gracias hermana por enseñarnos a caminar el sendero del Amor en Cristo.