El Espíritu es la Vida.
En la alternancia del pecado y la gracia, el hombre llega a la convicción de que él no tiene la vida en sí mismo, sino que el Espíritu Santo es la Vida. Sólo cuando el hombre es ataviado por la venida del Espíritu Santo, comunica a otros lo transcendente, el Reino de Dios, trasmite al mismo Dios, con la libertad que la palabra humana es impotente de describir.
Pero cuando el hombre invoca al Espíritu Santo, es como si estuviese delante de la zarza ardiendo del monte Horeb, tiene que descalzarse y dar gracias de poder pisar esa tierra sagrada. No desaprovechemos esos momentos y recogémonos dentro de nosotros mismos allí donde habita la Trinidad y que el Espíritu nos guiará con su luz para santificar nuestra oración
Buenas Noches. el Espíritu Santo nos guiará con su Luz para santificar nuestr oración.
ResponderEliminarCon este pensamiento quiero dormirme hoy.
Gracias Sor Cecilia.
Una abraçada. Montserrat
El Espiritu Santo, soplo de vida, y sabiduría, quien no aspira a ser poseído, por tan noble bien?-
ResponderEliminarEspero ilumine mi mañana, fortalezca mi mente, ya algo cansada.
Querida Soror, sea la Paz y la Luz del Espíritu, contigo, en este descanso.
Bonito, relato, hermana, muy bonito.
ResponderEliminarGracias por el 9º), párrafo.
Un SALUDO.
Encantado de caer en su blog.un saludo
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