Lo habitual para los isrraelitas era comer las recolecciones de la «La tierra prometida» en lugar del manná, para los cristianos lo vivimos en un sentido claramente cotidiano en lo Pascual.
Si toda la vida habría de ser digno de una tónica cuaresmal, la recepción de los sacramentos y la aplicación a nuestras vidas del misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo nos hacen experimentar la Pascua cada día a pesar que no nos danos cuenta de ello.
Quizás nadamos en abundancia de recursos espirituales y crecemos con ciertas deficiencias de formación. No podemos dar la culpa a la Iglesia. El padre del hijo pródigo(látima que en la parábola no aparezca la figura de la madre), no es responsable de la malversación de un patrimonio ganado con el trabajo y ahorros familiares.
El patrimonio cristiano evidentemente es la Sangre de Cristo, es la sábia de la reconciliación en que intervienen el Padre, el Hijo. Los destinatarios del evangelio somos nosotros, los cristianos recibimos el mensaje de la reconciliación que nos viene de Dios. Este mensaje nos permite representar el teatro de la vida que nos toca a cada uno el papel de la parábola.
Si toda la vida habría de ser digno de una tónica cuaresmal, la recepción de los sacramentos y la aplicación a nuestras vidas del misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo nos hacen experimentar la Pascua cada día a pesar que no nos danos cuenta de ello.
Quizás nadamos en abundancia de recursos espirituales y crecemos con ciertas deficiencias de formación. No podemos dar la culpa a la Iglesia. El padre del hijo pródigo(látima que en la parábola no aparezca la figura de la madre), no es responsable de la malversación de un patrimonio ganado con el trabajo y ahorros familiares.
El patrimonio cristiano evidentemente es la Sangre de Cristo, es la sábia de la reconciliación en que intervienen el Padre, el Hijo. Los destinatarios del evangelio somos nosotros, los cristianos recibimos el mensaje de la reconciliación que nos viene de Dios. Este mensaje nos permite representar el teatro de la vida que nos toca a cada uno el papel de la parábola.
Como hijos pródigos, hemos de saber levantarnos y ponernos en camino hacia la casa del padre: Como padres, hemos de saber acoger a nuestros hijos, una y otra vez, y ponerlos en el corazón y el los brazos, acogerlos con sus problemos de drogadicción, prostitución, ladrones y toda clas de mala vida de los bajos fondos de nuestras ciudades.
Como hermanos, también hemos de abrazarlos con alegría pero con algo verdaderamente excepcional«Abrazarlos con añoranza»
¡La legría de sentirse perdonado y la a legría de perdonar! ¡y cómo no¡ la alegría de ver a otros perdonados nos hacen comprender que Dios es rico en misericordia.
Alegrémonos, por el hijo pródigo de tantos amigos y familiares nuestros que han regresado a sus casas con la humildad de saber que habían tomado un camino equivocado y que estar en Casa es como haber encontrado la moneda perdida o el tesoro escondido.
«Les invito en este 4º Domingo de Cuarema a estar alegres y hacer una gran fiesta»
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Gracias Sor Cecilia por este mensaje. Haré votos para estar más alegre. Besosssssssss
ResponderEliminarHola Sor Cecilia: Estaba leyendo esta entrada en voz alta, y mi hijo la escuchaba, el que ha hablado contigo esta mañana.
ResponderEliminarGracias, haces mucho bien.
Besos y sonrisas.Montserrat
Que bueno es perdonar... y más aún tener la grandeza de espíritu de reconocer los errores y volver los pasos hacia el hogar donde encontraremos la bendición y el perdón de nuestros padres.
ResponderEliminarEs bueno tener el corazón dispuesto al perdón de los que nos ofenden… Y cuando nos cuesta, más aún es bueno perdonar, porque solo seremos dignos de pedir perdón cuando somos capaces de perdonar.
Gracias por hacernos reflexionar sobre el arrepentimiento y el perdón, hermana.